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Culture
'Los Increíbles 2' es el mejor reencuentro que podríamos tener con nuestra adolescencia
31 Julio 2018 15:48
Después de que Disney retrasara su estreno, por fin llega Los increíbles 2 , y lo que nos encontramos es una de las mejores secuelas hasta la fecha: llena de estrés familiar, paternidad, intercambio de roles de género y una lección de propaganda política.
Brad Bird dirige de nuevo las aventuras de este virtuoso quinteto y recoge la acción justo en el punto el que terminó la cinta original. Los superhéroes siguen siendo ilegales y el pez gordo del mundo empresarial, Winston Deavor, se ha propuesto cambiar por fin esta situación. Para hacerlo, ha decidido llevar a cabo una campaña que logre cambiar la percepción negativa que la opinión pública tiene de los salvadores que visten mallas. ¿Quién es el héroe elegido para desarrollar esta misión? ¿Bob/Mr. Increíble? Negativo. La escogida es Helen, es decir, Elastic Girl.
Así que, sin previo aviso, Elastic Girl se tiene que marchar de casa para combatir el crimen, mientras que Mr. Increíble ve como sus deseos de salvar el mundo y de demostrar toda su fuerza se ven mermados. Ahora tiene que encargarse de las labores domésticas. En plena era en la que las mujeres reivindican con más fuerza que nunca la igualdad social, Los Increíbles 2 ha sabido escuchar esta llamada para trasladarla de forma inteligente a la secuela. Así, hombres y mujeres se intercambian los papeles que tradicionalmente se les ha asignado por su género: ellos ahora hacen de madres y ellas salen a las calles y toman el poder de forma autónoma sin estar bajo la sombra de ningún hombre.
En un principio, Mr. Increíble ve como su mujer se marcha con recelo. Él, como hombre, quiere seguir siendo el protagonista de la historia, el que lleve las riendas de la situación, y por eso no entiende porque su mujer le ha robado un lugar que considera suyo. Esa envidia inicial da paso a una empatía con Elastic Girl cuando se da cuenta de todo lo que hace su pareja día a día y de lo que el casi nunca se ocupa: hacer la comida, limpiar, estar con Jack-Jack, hacer los deberes con Dash y ayudar a Violet a lidiar con su vida amorosa.
En ningún momento se hace una parodia de este giro, si no que se introduce el conflicto desde un compromiso total. Los Increíbles 2 muestra como Bob añora tener tiempo para sí mismo; algo que las mujeres, madres y esposas repiten en casi todas las películas centradas en el ámbito familiar. Esta es sin duda una de las apuestas y aportaciones más honestas de la cinta.
Todos aquellos fans ansiosos que esperaban disfrutar de la excentricidad de Edna Mode verán sus suplicadas satisfechas. Sin embargo, el verdadero "roba escenas" de la película es el pequeño Ja ck-Jack. El descubrimiento de sus poderes, como lanzar rayos láser por los ojos, convertirse en un monstruo cuando se enfada, arder en llamar o atravesar paredes, deja unas escenas impagables. Al igual que sucedió con los Minions en Gru, Jack-Jack eclipsa toda la trama de Los Increíbles 2.
Inmiscuirnos en la casa de esta familia de superhéroes es como meternos en la nuestra, ya que escucharlos discutir sobre leyes y justicia se aleja muy poco de lo que sucede en nuestras cenas y comidas cuando salen a colación temas como la corrupción o la independencia de Cataluña. Y es que, la película tiene un claro discurso político.
El enemigo contra el que Los Increíbles tendrán que enfrentarse esta vez responde al nombre de El Raptapantallas, un villano que logra controlar las señales de televisión para manipular a la audiencia. La crítica que lanza la película a través del antihéroe es clara: muchas veces nos dejamos hipnotizar por las pequeñas pantallas que nos rodean (televisión, móvil, ordenador) y se nos anula nuestro sentido crítico.
En ese aspecto, Elastic Girl y el magnate empresarial no podrían llevar a cabo su plan sin las pantallas. Si los superhéroes quieren reivindicar sus derechos, demostrar por qué son necesarios para la humanidad y conseguir ser legales necesitan de la televisión para lanzar ahí sus mensajes y desarrollar una propaganda política que influya en los ciudadanos. Entrevistas, actos heroicos televisados y actos con representantes del gobierno subidos en barcos son necesarios para hacer de esta espectacularización de la política la mejor arma campaña panfletaria de la historia. El objetivo es conseguir hablar de ser pro-superhéroes igual que se habla de ser pro-Trump o pro-Trudeau.
El lado positivo de esta estrategia publicitaria es reunir a todos los superhéroes que viven escondidos por el mundo y gritar conjuntamente que ellos no son unos marginados y que no hay motivo para estar perseguidos por ley ni estar condenados a vivir en la clandestinidad. Los increíbles 2 logran lanzar así un mensaje de inclusión a todos los que se sienten outsiders o excluidos del sistema: las minorías, lo diferente y las comunidades pequeñas también importan.
El largometraje no está hecho para estirar la franquicia y reventar la taquilla, como ocurre con muchas segundas, terceras y cuartas partes, sino que verdaderamente ha mostrado tener una implicación combinada con entretenimiento. Del mismo modo, se confirma como una saga familiar ya que es más intergeneracional que otras cintas de superhéroes como Los Vengadores o X-Men, que apuntan a un público más adulto y dejan de lado el infantil y el juvenil. Los Increíbles 2 es el mejor reencuentro que podríamos tener con nuestra adolescencia. Bienvenida sea nuestra nostalgia.
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