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La actitud de un solo individuo puede impactar en el destino de todos, y en especial en los más perjudicados por la crisis sanitaria del coronavirus
26 Marzo 2020 01:18
“Compartir es vivir” suena de lo más familiar, pero seguramente pocas veces se ha practicado de forma tan globalizada y coordinada como ahora. La actual pandemia de coronavirus ha desatado una ola de cooperación internacional que avergüenza a la realidad individualista y de neoliberalismo económico en la que vivimos a diario.
Este tsunami de camaradería y solidaridad surge por la inminente necesidad de ayudar a los colectivos más perjudicados por esta crisis sanitaria: el cuerpo médico, los adultos mayores, las personas sin hogar, los centros de acogida infantiles, las madres solteras, los aislados bajo ingreso hospitalario… Y pone de manifiesto cómo la actitud de un solo individuo puede impactar en el destino y el bienestar de todos.
Pero también nos hace pensar en el futuro: lejos de que este momento de hermandad universal se convierta en un parche momentáneo, puede ser una oportunidad para aprender a convivir mejor con nuestra comunidad y acostumbrarnos a hacerlo para la posteridad. Lo que ahora es una red de ayuda para facilitar el aislamiento puede convertirse en un sistema de apoyo colectivo para un futuro socioeconómico incierto.
El impacto económico y social que el coronavirus dejará a su paso es, todavía, incierto, aunque no cabe duda de que será severo. Podemos contribuir a que sea un poco menos complicado aportando lo que personalmente y monetariamente podamos. Donar a bancos de alimentos para garantizar una alimentación esencial para todas las personas, sangre para transfusiones a enfermos, donar a la investigación de la vacuna… #yoayudodesdecasa (España) y la campaña internacional lanzada por la Organización Mundial de la Salud para ayudar a responder a la pandemia son algunas iniciativas que apoyan al sistema sanitario.
Las autoridades piden quedarse en casa, pero también se necesitan manos para atender aquellos colectivos más vulnerables. Entidades médicas y sociales como la Cruz Roja Española o Voluncloud han abierto sus programas de voluntariado presenciales o desde casa —como, por ejemplo, reforzar la atención telefónica de los servicios especiales que se encuentran colapsados.
¿Eres psicólogo? ¿Profesor? ¿Diseñador gráfico? ¿Eres médico pero estás en una zona no afectada por coronavirus? Tus consejos y enseñanzas podrían brindar apoyo emocional y educativo a más de uno en la red. Si normalmente contribuyes con una gran comunidad de personas, ¿por qué dejar de hacerlo ahora? En Alemania, por ejemplo, han organizado el “hackatón” (hackear+maratón) más grande del mundo: diversos profesionales unen fuerzas para encontrar soluciones a problemas derivados de la pandemia, como puede ser educar al público sobre la infección, ayudar a distribuir las ayudas existentes o organizar redes de apoyo a personas en situación de riesgo.
Quizás nunca intercambiaste más que un saludo cordial, pero puede que las personas con las que compartes edificio o condominio necesiten tu ayuda en este momento: adultos mayores, madres solteras, personas enfermas o con discapacidad… Ofrecerse para hacer la compra, ir a la farmacia o simplemente tener una conversación de balcón a balcón puede marcar la diferencia. En supervecina.com (España) encontrarás un formulario descargable para ofrecer o solicitar ayuda en tu comunidad —aunque también puedes fabricar tu propio cartel y colgarlo en tu escalera o portal ;).
¿Tienes sal? es otra plataforma con la que podrás intercambiar ayuda o información con tu vecindario en Madrid, Barcelona o Valencia. En Colombia, están surgiendo grupos multitudinarios en Facebook, como Teusaquillo me importa, una red de vecinos que en pocos días ha conseguido 10 mil adeptos y que mapea a personas vulnerables para brindarles ayuda.
Recetas de cocina, lecciones de piano, clases de idiomas, baile, pintura… ¿Qué mejor momento que ahora para compartir con el mundo tus habilidades? No sólo estarás contribuyendo a sobrellevar la cuarentena, si no a un aprendizaje colectivo filantrópico muy necesario en estos días.
La imagen de un gran supermercado con estanterías desnudas encarna a la perfección el sentimiento de preocupación que ha generado el coronavirus. Pero pensemos en los pequeños productores y empresarios que viven de su pequeño negocio de comida, o de una tienda online de productos sostenibles para el hogar. Contribuir con ellos ayudará a mermar el impacto económico negativo que puedan estar sufriendo y regulará el flujo de gente y de abastecimiento en las grandes superficies. En México, Mexplory localiza proyectos independientes para que puedas apoyarles: panaderías, mercados, cafeterías...
Es cierto que los grupos de WhatsApp arden estos días: memes, stickers, videos y todo tipo de contenidos sobre la cuarentena circulan a destajo. Pero quizás tu comunidad más cercana agradezca tener un punto de apoyo inmediato digital y sentirse arropados, aunque sea, por la unidad virtual de WhatsApp.
La situación en los hospitales es complicada: casi ningún paciente ingresado —por coronavirus o por cualquier otra enfermedad— puede ser acompañado, y sufren más el aislamiento. Quienes están graves o tienen que pasar días en el hospital agradecerán una carta de ánimo. Algunos hospitales españoles están ofreciendo este servicio:
Ramón y Cajal: covidryc@gmail.com
Clínico San Carlos: apoyoclinicosancarlos@gmail.com
La Princesa: cartas.venceremos.covid19@gmail.com, cristina.marincampos@gmail.com
La Paz: unidosenlacuarentena@gmail.com
Alcorcón: cartashospitalalcorcon@gmail.com
Gregorio Marañón: apoyocovid.HGUGM@gmail.com
Severo Ochoa: juntoscontraelcovid@gmail.com, venceremos.covid19@gmail.com
12 de Octubre: Julia.h12octubre.covid@outlook.es, esperoquetemejores@gmail.com
Si quieres que difundamos otra iniciativa, escríbenos a do@playgroundmag.net
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