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El pasado 7 de septiembre se reunieron en Copenhagen 150 tecnólogos de todo el mundo. De su encuentro ha surgido este juramento de compromiso por una nueva dirección en la tecnología
13 Septiembre 2019 14:44
Por primera vez desde que nació el teléfono móvil, el número de tarjetas SIM que existen en el mundo superan el número de habitantes de la tierra. Un dato que podría pasar como una anécdota sin más sino hubiésemos entrado en una nueva era tecnológica, basada en el consumo de datos, que cada vez condiciona más todo lo que hacemos, amamos o esperamos de nuestro futuro.
Cabe recordar que apenas han sido veinte años los que han cambiado el panorama para siempre. Hoy Google sustituye a nuestra memoria, Facebook a nuestro listín de contactos, Instagram a los álbumes de fotos y Twitter a los debates en los bares. Y eso es sólo el comienzo: reconocimiento facial, automatización del trabajo, monitorización de la salud, son solo algunas de las innovaciones en las que trabajan miles de startups a lo largo y ancho del mundo.
La generación tecnológica ha venido para quedarse y está cambiando el mundo. Sin embargo, cuesta encontrar reflexiones interesantes que se pregunten, más allá de la crítica destructiva, si este cambio está siendo para bien o para mal. Quizás ya va siendo hora que, al lado de tanto algoritmo, nos preguntemos qué estamos haciendo con la tecnología y cuál es nuestra responsabilidad.
El pasado 7 de septiembre se reunieron en Copenhagen, por tercer año consecutivo, 150 personas que viven, respiran y trabajan en tecnología. Desarrolladores, emprendedores, pensadores, hackers, escritores y expertos de todo el mundo que se juntaron con la voluntad de debatir sobre el trabajo que están realizando. El resultado es un documento de compromiso que se parece más a un juramento que a un manifiesto.
Su pledge va dirigido a otros profesionales. Pero en PlayGround nos gustaría creer que cualquiera puede sentirse identificado al leerlo. Sea desarrollador, programador, diseñador, ingeniero o usuario. No importa. Desde el momento en que todos participamos de este infinito mercadeo de datos que luego sirven para construir el mundo en el que vivimos, se hace necesario también que nos incluyamos en el debate público, pero también íntimo, sobre lo que estamos viviendo. Responsabilidad se llama. Y cura de uno mismo y los otros.
Por todo ello, hemos querido hacernos eco del “compromiso tecnológico” que ha surgido del Techfestival 150. Lo hemos traducido al español y aquí puedes firmarlo. Así que mira un momento tu teléfono, piensa qué estas haciendo delante del ordenador o dile a Siri que te dé un respiro y lee esto. Tal vez te sirva para comprender en qué nos hemos convertido.
La tecnología ha cambiado fundamentalmente nuestro mundo. Hacia donde vamos depende de nosotros.
Entiendo que para que mis buenas intenciones importen realmente, debo hacerme responsable ante mi comunidad.
Me comprometo a…
- asumir la responsabilidad de lo que creo.
- únicamente ayudar a crear cosas que quisiera que usaran mis seres queridos.
- hacer una pausa para considerar todas las consecuencias de mi trabajo, tanto las intencionadas como las no intencionadas.
- invitar y actuar a partir de la crítica, incluso cuando es doloroso.
- pedir ayuda cuando no esté seguro de si mi trabajo sirve a mi comunidad.
- poner siempre a los humanos antes que a los negocios y enfrentar la presión de hacer lo contrario, incluso bajo mi propio riesgo.
- nunca tolerar el diseñar para la adicción, el engaño o el control.
- ayudar a otros a comprender y discutir el poder y los desafíos de la tecnología.
- participar en el proceso democrático de regulación de la tecnología, aunque sea difícil.
- luchar por la democracia y los derechos humanos, y mejorar las instituciones que los protegen.
- trabajar por un futuro más igualitario, inclusivo y sostenible para todos, siguiendo los objetivos globales de Naciones Unidas.
- cuidar siempre lo que empiezo y a arreglar lo que rompemos.
Asumo esta promesa como individuo que trabaja para hacer de la tecnología una fuerza para el bien de la sociedad, y desafiaré a todos con los que trabajo para que hagan lo mismo.
Si te sientes interperlado, firma aquí.
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