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Life
La debacle de @emoblackthot, explicada
16 Octubre 2019 19:58
Para los 177.000 seguidores de @emoblackthot en Twitter, la cuenta ejercía como una suerte de terapeuta virtual. Posteaba consejos sobre mantener una buena postura y beber agua, compartía sus descubrimientos musicales y hablaba de sus problemas con la ansiedad y la depresión. En un entorno tuitero dominado por la hostilidad, se convirtió en un clavo al que agarrarse, especialmente para mujeres negras y queer. Pero la semana pasada el clavo se desprendió.
Todo el mundo creía que detrás de @emoblackthot había una mujer negra. Al fin y al cabo, se refería a sí misma como Nicole, utilizaba pronombres femeninos en su bio de Twitter y posteaba sobre dolores de regla, los injustos estándares de belleza impuestos a las mujeres de piel más oscura y su pelo rebelde. A menudo tuiteaba sobre sus problemas financieros y pedía donaciones a través de CashApp. Sus seguidores, muchos de ellos mujeres negras, no dudaban en mandarle dinero: pensaban que estaban ayudando a otra mujer negra en apuros.
Desde el principio hubo rumores sobre quién se escondía tras la cuenta. Algunos seguidores hicieron correr la teoría de que podría tratarse de la cantante de R&B Normani o, incluso, Rihanna. No en vano, su olfato para los artistas emergentes la convirtió en una tastemaker musical. Pero nadie intuyó lo que estaba por venir.
Sus fans llevaban tiempo animando a @emoblackthot a revelar su identidad real. Creían que hacerlo le iba a brindar multitud de oportunidades profesionales. El día llegó el pasado viernes a través de una entrevista -con su correspondiente sesión de fotos- en la revista de moda y tendencias Paper. ¿La sorpresa? @emoblackthot no era una celebridad camuflada. Ni siquiera era una mujer negra. Quién gestionaba la cuenta era Isaiah Hickland, un hombre negro de 23 años.
fansemoblackthotuna entrevistaPaperemoblackthotIsaiah Hickland, un hombre negro de 23 años
"No imaginé revelar mi identidad nunca", dijo Hickland a The Guardian. "Quería desactivar la cuenta sin explicación y dejarla morir, pero la gente confiaba en ella por sus propios motivos y no quería negarles una explicación de por qué la cuenta había desaparecido".
La reacción no se hizo esperar. Muchos de sus seguidores afirmaron sentirse estafados. Otros apuntaron lo inmoral que resulta hacerse pasar por una mujer negra queer para ganar influencia en la red. Hickland dice que poco después de que se publicase su verdadera identidad empezó a recibir mensajes airados y amenazas, así como insultos racistas y homófobos. Por todo ello, dice, decidió eliminar tanto @emoblackthot como sus cuentas personales.
De un día para otro había pasado de ser un referente a ser odiado. Él asegura que en todo momento sus intenciones fueron buenas. En la entrevista de Paper explica cómo se convirtió en @emoblackthot.
Todo empezó hace cuatro años, cuando empezó a postear en Twitter bajo el nombre @madblackthot. Siendo un hombre negro que no había salido del armario como bisexual, Hickland usó la cuenta para desahogarse durante su paso por la predominantemente blanca Universidad Estatal de Texas, donde afirma que estaba sujeto a insultos homófobos y racistas.
La cuenta @madblackthot fue suspendida por un problema de infracción de derechos de autor en 2017. Fue entonces cuando tomó el control de @emoblackthot, una cuenta que originalmente pertenecía a un amigo de un amigo de Hickland que, de hecho, era una mujer negra.
Hickland concibió la cuenta como un lugar dónde hablar sobre bisexualidad, salud mental e injusticia social sin preocuparse por las ramificaciones que ello podría tener en su vida personal. Pero a media que crecía la popularidad de la cuenta también lo hicieron sus problemas económicos, por lo que trató que el perfil le sirviera para lanzar su carrera en el mundo del entretenimiento. Se hizo pasar por su propio mánager y se ofreció a diversos de sus contactos en la industria.
Eso no funcionó, pero el impacto de su cuenta en Twitter siguió creciendo, hasta el punto de que mantener su secreto se volvió insostenible.
"La gente confiaba en mí para que le cuidara y le diera consejos, y me enviaban mensajes de texto cada vez que los pasaban mal", dijo a Paper. "Párrafos de personas que necesitan consejo, ayuda financiera, alguien con quien hablar. No podía simplemente desaparecer. Al mismo tiempo, lo odiaba. Quería desaparecer".
Ahora que se ha quitado la máscara, Hickland dice que necesita un tiempo para “desintoxicarse”. Según explicó a Paper, en el futuro le gustaría poder seguir expresándose a través de plataformas creativas, ya sea cantando, interpretando o como influencer de belleza. Sea lo que sea, no será a través de @emoblackthot. Ese personaje ha muerto aplastado por el peso de la realidad.
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