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Life
Todo apunta a que la carrera por conseguir la pastilla rosa definitiva todavía no ha terminado
01 Julio 2019 19:09
La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) acaba de aprobar un nuevo fármaco llamado Vylessi que trata la falta de deseo sexual en las mujeres. Un medicamento compuesto por una hormona sintética que activa la excitación neuronal y que se aplica con una inyección parecida a la que usan los pacientes con diabetes, justo 45 minutos antes de tener sexo.
Pero esta no es la primera vez que la Industria Farmacéutica trata de dar con el fármaco perfecto para aumentar la lívido femenina. De hecho, es la quinta. La última intentona fue en 2015, cuando la FDA dio el visto bueno a la comercialización de Addyi, un producto que debía ingerirse todos los días y bajo ningún concepto podía mezclarse con alcohol.
De entrada, el nuevo fármaco resuelve las pasadas contraindicaciones, aunque también presenta otras problemáticas. La FDA ha reconocido que todavía no está clara la forma en que Vylessi actúa en el cerebro para lograr aumentar el deseo sexual de las mujeres, de modo que desaconseja usarlo más de ocho veces al mes.
De hecho, el 40% de las mujeres que participaron en las pruebas clínicas experimentaron náuseas, enrojecimiento y dolores de cabeza después de tomar el medicamento y un 8% incluso tuvo que abandonar el test por culpa de estos efectos secundarios. El ensayo también concluyó que las mujeres con hipertensión o cardiopatías no deberían probar este tratamiento.
Los resultados favorables tampoco fueron muy alentadores. Solamente el 25% de las pacientes que tomaron Vyleesi informaron de un aumento considerable en su deseo sexual, frente a un 17% de los pacientes que informaron de lo mismo después de tomar un placebo.
Además, los sectores críticos señalan que la mayoría de médicos involucrados en el estudio han sido consultores o miembros de la junta asesora de su fabricante, Sprout Pharmaceuticals. Por lo que se duda de su total objetividad.
Muchos también discuten el enfoque exclusivamente neuronal que estos medicamentos le dan a la falta de lívido femenino, un problema tan complejo que debería considerar también otros factores psicológicos, fisiológicos o externos, como el estrés.
La búsqueda de un medicamento para despertar la lívido femenina se ha convertido en una reivindicación casi feminista. Pero tratar de encontrar una “viagra femenina” que funcione del mismo modo que la pastilla azul masculina es un error de base ya que el deseo sexual funciona de forma totalmente distinta en hombres que en mujeres.
De hecho, las supuestas causas de disfunción sexual femenina todavía no están claras. Primero se pensó que se trataba de un problema de vasocongestión genital para más tarde creer que se debía a una deficiencia hormonal. En esta carrera por conseguir una pastilla rosa verdaderamente efectiva, parece que las compañías farmacéuticas adaptan el diagnóstico a sus productos y no al revés.
¿Realmente habrá cambiado algo esta vez?
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