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Con su inquietante distopía va a cambiar el futuro de las naciones indígenas

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Imagen: Arte PG
 

Cherie Dimaline está triunfando con 'The Marrow Thieves', una novela distópica que nos habla de la persecución de las Primeras Naciones en Norteamérica

Eudald Espluga

14 Septiembre 2018 14:20

"¿Te imaginas a una mujer indígena con la capacidad para viajar en el tiempo? Espero que a todos os guste el pemmican y la justicia social".

La afilada respuesta de Cherie Dimaline a la pregunta sobre si preferiría ser capaz de volar o de viajar en el tiempo nos da una imagen aproximada del enclave político desde el que la escritora ha conquistado el mundo de la ciencia ficción.

Su última novela, The Marrow Thieves, ha desbordado los estrechos diques de la literatura para adolescentes, coronando una trayectoria impresionante repleta de premios (Governor General's Literary Award, Kirkus Prize y White Pine) y reconocimientos de todo tipo (autora emergente en 2014 por el Ontario Premier's Award for Excellence in the Arts y una de las mejores escritoras del año 2017 para School Library Journal, New York Public Library y el Globe and Mail).

La productora de Blade Runner 2049 ya se ha hecho con los derechos de la novela y su autora fue una de las estrellas invitadas en el Festival Hay Querétaro 2018.

Dimaline pertenece a la nación Métis, una comunidad indígena originaria de la Isla Drummond (Michigan) que tras siglos de persecuciones y desplazamientos forzosos ha establecido su residencia en LaFontaine, en Canadá. Fue la primera escritora indígena que obtuvo una residencia en la Biblioteca Pública de Toronto, algo especialmente importante si tenemos en cuenta que sus novelas se nutren del acervo cultural indígena y ayudan a entender la realidad de las más de 600 comunidades que viven en Canadá.

Su literatura es una impugnación de aproximaciones más generalistas y reductivistas. No cree que para explicar la historia de los Métis baste con una perspectiva decolonial o con una interpretación pan-indigenista: "mi comunidad es de dónde vienen mis historias y dónde descansan mi responsabilidades". Y la historia de los métis está marcada por el rechazo, la expulsión y la relocalización.

The Marrow Thieves utiliza los recursos de la ciencia ficción para profundizar en estos temas. Es una distopía futurista sobre un Canadá arrasado por los efectos del calentamiento global y las disputas bélicas por los recursos, en la que científicos y religiosos se han unido para perseguir a los descendientes de las Primeras Naciones. ¿El motivo? Sólo los indígenas conservan en su tuétano la capacidad para soñar. El hombre blanco volverá a perseguirlos para extraerles la médula ósea y experimentar con ella: quieren expropiarles sus sueños.

El subtexto político es evidente, pero el impacto social de la novela excede el cruel retrato de Norteamérica. Dimaline es directora ejecutiva del RIEL Centre, una asociación que lucha por la promoción de las epistemologías indígenas en la literatura, y en The Marrow Thieves cristaliza este esfuerzo por visibilizar otras formas de representación y conocimiento.

(Michael Snake, el modelo de la portada de 'The Marrow Thieves')

Es por esto que Dimaline defiende el sistema de premios literarios: el despegamiento publicitario que les acompaña ayuda a proyectar internacionalmente esta lucha por la diversidad. Lo extraño, como apunta Cynthia Rodríguez, es que Dimaline escogiera como vehículo principal un género considerado "menor" como es la literatura para adolescentes. En una entrevista en Radio Canada, la propia autora daba una respuesta a este interrogante: "tras haber trabajado con comunidades indígenas durante varios años, quedó muy impactada por la epidemia de suicidios entre los jóvenes. Decidió entonces crear, desde su trinchera, una respuesta para esos jóvenes que parecen estar perdiendo las esperanzas: una historia en la que ellos no sólo sobreviven, sino que son la respuesta, los héroes".

Y lo ha conseguido. En marzo, Michael Snake, el adolescente que trabajó como modelo para la portada del libro, contaba en CBC lo que ha supuesto para él crecer como indígena en la reserva Winnebago de Sioux City. The Marrow Thieves le devolvió el orgullo, la confianza y el sentido identitario que nunca había tenido: "la novela significa para mí el futuro".

Quizá Cherie Dimaline no puede viajar en el tiempo, ni cambiar el pasado, pero con sus novelas está transformando el futuro de muchas personas.

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