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La popularidad del presidente de México ha caído en el último año; su escepticismo frente a la pandemia de coronavirus podría jugar en su contra
30 Marzo 2020 23:16
México empieza a experimentar en carne propia la realidad que en estos momentos atraviesa Europa o Estados Unidos: calles vacías en ciudades de millones de habitantes, millones de personas con pérdidas económicas, contagios de coronavirus multiplicándose a diario. Una realidad que hasta hace unas semanas se veía lejana.
Mientras el país encara la fase dos de la pandemia y pide el aislamiento de la ciudadanía, muchos negocios continúan abiertos y la curva de contagio sigue creciendo, sumando más de mil casos y 20 muertos, según los últimos registros.
Las autoridades sanitarias pidieron el confinamiento de los ciudadanos y practicar el distanciamiento social para prevenir que la propagación se agrave —lo cual podría tener consecuencias devastadoras en un país con un sistema sanitario que carece de los recursos europeos o estadounidenses; pero el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, se rehúsa a dar ejemplo.
Durante las últimas semanas, AMLO ha orbitado alrededor del escepticismo y la despreocupación: primero, por anunciar que la fe o un trébol de cuatro hojas son el mejor escudo protector para la pandemia; segundo, este fin de semana, horas después de pedir en sus redes sociales distanciamiento social a la ciudadanía, por obviar las medidas sanitarias emitidas por él mismo y dar la mano a Consuelo Loera, madre del ex líder del cártel de Sinaloa y considerado el narcotraficante más poderoso del mundo, Joaquín “El Chapo” Guzmán.
El acercamiento se produjo durante una gira por el norte de México para supervisar obras locales, a las que Consuelo Loera, de 92 años, se desplazó para saludar al mandatario. El fin de semana coincidía con el cumpleaños de Ovidio Guzmán, hijo del “Chapo”, quien protagonizó en octubre del año pasado el Culiacanazo: un operativo en el que el ejército mexicano intentó capturarlo pero se vio obligado a liberarlo debido al despliegue de fuerzas armadas del cártel.
El saludo de López Obrador a la madre del narcotraficante más poderoso del mundo, “El Chapo” Guzmán, ha desatado una ola de críticas. “Te saludo, no te bajes. Ya recibí tu carta”, le dice el presidente a Consuelo Loera en un video difundido en redes sociales:
En la carta de la que habla, la madre de “El Chapo” pedía que trasladaran a su hijo a una cárcel mexicana —se encuentra purgando una sentencia en Estados Unidos— o que éste pudiera recibir visitas de ella o hermanas —sobre lo que López Obrador dijo hoy en su conferencia matutina que iniciaría el trámite legal.
Ante la demanda de explicaciones por lo sucedido, el presidente de México comentó que Consuelo Loera quería saludarle y que le pareció “irrespetuoso” no hacerlo: “Es una señora de 92 años. La peste funesta es la corrupción, no un adulto mayor que merece todo mi respeto independientemente de quién sea su hijo. Y lo seguiré haciendo. A veces tengo que dar la mano a delincuentes de cuello blanco que no han perdido su respetabilidad, porque ese es mi trabajo”.
Las palabras de López Obrador podrían no concordar con la situación excepcional que delimita la pandemia de coronavirus —ni con su propio mensaje en redes sociales. Líderes políticos de todo el mundo están utilizando alternativas para saludar y reunirse.
Que Consuelo Loera forme parte de uno de los colectivos más vulnerables de esta crisis sanitaria, los adultos mayores, debería justificar doblemente el distanciamiento del presidente: “No soy un robot, tengo sentimientos”, añadió.
Según la última encuesta realizada por Grupo Reforma, la popularidad del presidente ha caído un 19% en un año: en marzo de 2019, su aprobación era del 78%, mientras que ahora es del 59%. Otra encuesta realizada por Buendía & Laredo responde a la misma dinámica: 62% de aprobación actual frente al 85% del año pasado.
Según El Economista —que también realizó una encuesta con valores similares—, López Obrador cuenta con un nivel de aprobación superior al de otros líderes mundiales como Donald Trump (42.8%), Boris Johnson (47%) o Angela Merkel (43%), pero el descenso refleja el descontento y la pérdida de confianza de la ciudadanía mexicana. Quizás la falta de tacto frente a la pandemia que pone de rodillas a un tercio del planeta podría precipitar una caída en picado.
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