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Andrés Manuel López Obrador aspira a erradicar la corrupción, acabar con el narcotráfico y a hacer políticas de izquierda para los pobres
02 Julio 2018 12:51
El resultado de las elecciones de México se ha descrito como “histórico”. Andrés Manuel López Obrador -AMLO, el hombre que ha prometido combatir la corrupción y el narcotráfico- será el primer presidente de izquierda del país tras una aplastante victoria con el 53% de los votos.
El fin de la jornada electoral ya fue distinta desde detalles que significan mucho. Sus rivales reconocieron la derrota -no hubo acusaciones de fraude- y desearon suerte al ganador. El hartazgo con los dos partidos tradicionales que llevan años repartiéndose el poder, dejó a Ricardo Anaya del PAN con el 22% de los votos mientras que José Antonio Meade del PRI, sucesor y representante del legado de Enrique Peña Nieto apenas alcanzó el 16% de los votos.
Estas son las claves de la victoria y los retos a los que se enfrenta en sus próximos 6 años de gobierno.
Después de 11 años de fuego cruzado contra el narcotráfico -en los que se han perdido 200.000 vidas-, López Obrador podría suponer un cambio al apostar por menos violencia y menos militarización. Durante su campaña, aseguró que se puede combatir el "fuego con fuego" y propuso amnistía para permitir salir a la gente de la vida delictiva para favorecer la “reconciliación de todos los mexicanos”.
Además de enfrentar al crimen organizado, López Obrador quiere erradicar la corrupción de las instituciones. El país vive un hartazgo con los partidos tradicionales, salpicados por otorgar concesiones poco trasparentes. Una de sus primeras medidas será revisar los contratos firmados en la reforma energética de Peña Nieto para comprobar que no hay irregularidades. “Si encontramos anomalías que afecten el interés nacional se acudirá al Congreso y a tribunales nacionales e internacionales. Siempre nos conduciremos por la vía legal”, ha declarado.
AMLO se ha definido como un político de izquierdas que espera devolver la confianza a los ciudadanos. "Escucharemos a todos, atenderemos a todos, respetaremos a todos, pero daremos preferencia a los más humildes y olvidados, en especial, a los pueblos indígenas", ha dicho.
Durante estos meses, AMLO ha tenido a grandes empresarios en contra, entre ellos al hombre más rico de México, Carlos Slim, por expresar sus dudas acerca de la construcción del nuevo aeropuerto en Ciudad de México donde Slim tiene intereses.
En su primer discurso, el nuevo presidente ha anunciado que habrá grandes cambios en el país, siempre dentro del orden legal. “No apostamos a construir una dictadura, ni abierta ni encubierta", expresó ayer en su primer discurso. “Habrá libertad empresarial, de expresión, de asociación y de creencias”, pero enfatiza que sus políticas pensarán en la clase trabajadora y los más vulnerables. Ese es el cambio.
Los analistas esperan que el candidato electoral tienda la mano a Marichuy, la aspirante indígena que no pudo concurrir por falta de apoyos, para acercarse a las reivindicaciones de las minorías. Durante los meses de campaña, el Congreso Nacional Indígena (CNI) le recordó a AMLO que no quieren cargos políticos porque no les interesa el poder. Lo que quieren ver son resultados: que no les echen de sus tierras.
Recientemente, López Obrador tachó de inhumana y racista la política de separación familiar en la frontera sur de Estados Unidos emprendida por Donald Trump. Al momento de su victoria, el gabinete del nuevo presidente afirmó que tiene el compromiso de buscar una relación de amistad y cooperación con EEUU, pero que ésta debe basarse en un respeto mutuo y en la defensa de los migrantes.
Los expertos no creen que se abra una hostilidad hacia EEUU dado que los dos países mantienen acuerdos comerciales. La diferencia se marcará en que AMLO logre que el trato no sea de doblegamiento. El presidente estadounidense felicitó la victoria del candidato en las elecciones.
El mandato no será fácil y no solo por el clima que vive el país. Su suman las contradicciones internas. A estas elecciones, López Obrador acudió con una chocante coalición que agrupa desde comunistas a ultraconservadores. Dentro del pacto unió al Partido Encuentro Social (PES), una formación evangélica en contra de la diversidad sexual y el aborto.
Al cierre de su campaña, López Obrador sacó una bandera LGTBI, para marcar la diferencia. Sobre cómo solventará las diferencias con sus alianzas apunta a que las medidas pasarán a consulta popular, una postura tachada de cómoda. Los colectivos esperan que no deje derechos fundamentales a la suerte de las urnas.
AMLO formará su gobierno el próximo 1 de diciembre, donde por primera vez se verá a una mujer -Olga Sánchez Cordero, exministra de la Suprema Corte- ostentando la Secretaría de Gobernación de Interior.
México podría abrir una nueva fase que muchos valoran de esperanzadora, aún dentro de las limitaciones. La ex presidenta de Brasil Dilma Rousseff lo resumía así: "no sería solo una victoria para México, sino para toda América Latina".
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