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Se llama Hung Tonga-Hunga Ha'apai y nació en enero de 2015
05 Febrero 2019 15:42
Una expedición científica ha visitado por primera vez la isla que vieron aparecer de la nada en unas imágenes de la NASA.
Fue en diciembre de 2014, en el Reino de Tonga, en el Pacífico sur, cuando un volcán submarino estallaba en diciembre y escupía una nube de material (rocas, cenizas y vapor) que alcanzaba los 9 kilómetros de altitud. Todo ello daría lugar, semanas más tarde, a una nueva isla. Se le dio el nombre de Hunga Tonga-Hunga Ha’apai, que es la unión del nombre de las islas vecinas.
Aunque normalmente este tipo de islas suele desaparecer tal y como ha aparecido a causa de la erosión provocada por el oleaje, la joven isla se mantiene en pie, tal y como ha comprobado Dan Slayback, uno de los investigadores que ha viajado hasta allí para ha recabar datos de volumetría y forma de la isla para elaborar un modelo 3D y observar cómo consigue resistir a la erosión del océano.
Slayback, científico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA, se llevó una sorpresa al llegar a la isla: era distinta de lo que había observado por las imágenes satelitales. Donde creía que iba a encontrar playas poco profundas, había calas agrestes y olas de mucha altura.
Además, el terreno estaba cubierto por una grava negra que dificultaba el caminar y que no era tan plano como aparentaba. Algo que les llamó la atención fue una suerte de arcilla que el cono del volcán expele, de color claro y pegajosa. Todavía no han descubierto de qué se puede tratar. También han observado que la vegetación empieza a arraigar y que probablemente las aves ya la están habitando.
Las primeras conclusiones que Slayback ha podido extraer revelan que la isla se está derrumbando: la lluvia deja unos enormes barrancos y el oleaje hace mella. Se le augura una vida de entre 6 y 30 años. Mientras, su existencia servirá para estudiar cómo el agua modeló los paisajes volcánicos en el antiguo Marte.
Vía NASA
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