Oh! Parece ser que estás usando adblocker y lo respetamos. Por eso podrás seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site. Ayúdanos a seguir adelante y a luchar por aquello en lo que creemos.
Para amarlos, hay que conocerlos primero
21 Marzo 2018 18:28
Estos son días intensos, de catarsis. Estamos en uno de esos cambios de ciclo que se dan cada dos o tres generaciones en los que confluyen innovaciones disrruptivas que lo cambiarán todo y voces, demasiado tiempo acalladas, que se levantan y reclaman su dignidad.
Quien vive con prejuicios, frecuentemente no lo sabe y es necesario ponerlo frente a la verdad misma y que la mire a lo ojos, tantas veces como sea necesario. Este espejo de la verdad puede tomar diversas formas, revolucionarias, emocionales, seductoras… Pocas cosas tan difíciles como hacer cambiar a alguien de idea, conseguir que ponga en cuestión sus apriorismos, sus obsesiones o sus prejuicios. Cuando se inicia una campaña, el creativo debe aunar sus conocimientos de marketing con la sensibilidad hacia la idea que quiere vender y, a veces, la belleza de la verdad misma es tanta que basta con mostrarla al natural, sin disfraces ni artificios, sólo dando la palabra a quien tiene algo que decir.
Así es la campaña de Down España para el Dia Mundial del Síndrome de Down que, con el slogan "Auténticos" y con un vídeo de casi cuatro minutos que ya se ha hecho viral, nos destroza viejos esquemas y resume en unos pocos testimonios una verdad que aparca los paternalismos: no es una enfermedad, no son niños, no son “un regalito de Dios”, ni tampoco “angelitos”. Son personas, seres humanos plenos.
El vídeo de la campaña “Auténticos” defiende con racionalidad, equilibro y una aplastante naturalidad que las personas con síndrome de Down son quienes son, como cualquiera, y que eso basta. Con sus contradicciones, con orgullo, con afecto, con defectos y sin ellos.
“Si me tratan como a una niña, yo es que no les hablo”, dice una de las protagonistas, mientras otra afirma lo evidente, “Soy adulta”, y un hombre manifiesta su amor a su pareja. “Me gusta tu cara, tu sonrisa y tu forma de ser”, dice, y le toca levemente el rostro mientras ella calla y se deja adorar mirando a los ojos.
Sus familiares dan testimonio de algo obvio, que suscribiría cualquiera de nosotros. “Sin el down ya no sería ella y yo no puedo vivir sin ella”, dice una mujer de la hermosa niña que tiene en brazos. ¿Qué madre no se reconoce en esta declaración de amor?
¿Cómo no emocionarse? Porque este hermoso testimonio lucha por la dignidad y por algo más. Porque en nuestra civilización occidental superficial, que enjuicia a los seres humanos por parámetros absurdos como los rasgos faciales o el color del pelo, que agota el egocentrismo y la desresponsabilización, en este sofisticado mundo nuestro los Down están siendo eliminados en un proceso eugenésico sin precedentes en la historia de la humanidad.
El aborto de fetos con Down es cercano al 100% y futuras generaciones darán cuenta de nuestro espantoso comportamiento. Por eso esta campaña se nos planta enfrente y necesita decir alto y claro algo como “Ser Down no es malo. Somos personas”. Y apela a la verdad de principio a fin. Y nos hace verlos como lo que son: seres humanos “Auténticos”.
share