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No tienen instalaciones deportivas, pero sí ganas de sentirse libres en mitad de una guerra
Playground community
10 Abril 2018 18:59
El deporte nos hace más libres. Es una de esas frases hechas que la gente a menudo repite sin pararse a pensar en lo que dice. Pero casos como este refrendan esa oración. Porque pese a vivir circunstancias tan difíciles como las de una guerra, este grupo de jóvenes ha encontrado en el parcour una vía de escape hacia la libertad. Al menos, a nivel mental.
Las ruinas de Alepo son su espacio de entrenamiento. Allí hacen las acrobacias de la disciplina física que comenzaron a practicar en medio de una cruenta guerra. Estos chicos le dieron la vuelta a la tortilla, quisieron ver el vaso de agua medio lleno y comenzaron a utilizar los escombros, los restos de una ciudad castigada durante 4 años por enfrentamientos constantes, para entrenar.
Los traceurs, que así es como se conoce a los chicos que practican el parkour, no tienen límites. Hacen ejercicios de equilibrio, acrobacias, vuelan entre pilares y paredes reducidas a escombros… despejan su mente con el deporte.
No tienen nada que se asemeje a unas instalaciones deportivas decentes. Tampoco entrenadores, ni equipos. Solo los escombros y la devastación que dejaron los enfrentamientos en Alepo.
Omar Kosheih, capitán del grupo, explica, por si no fuéramos ya conscientes, que el equipo “sufrió y experimentó circunstancias muy difíciles. Se entrenó en circunstancias difíciles”. Pese a ello, siguieron adelante.
“Estamos entrenando en estas instalaciones, como se puede ver, entre la destrucción y en gimnasios de kárate y otros espacios mal equipados”, dijo el traceur Ibrahim Kabra, quien recordó que tampoco hay salas profesionales y pocos entrenadores.
El hombre se adapta a las circunstancias. No hay materiales, pero hay vida y ganas de superarse. Después de una guerra viene la reconstrucción. Y no hay mejor manera de reconstruirse que poniendo a prueba las limitaciones, físicas y mentales, de uno mismo.
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