No tiene casa, ni trabajo estable, pero no duda en dedicar todo lo que tiene a ayudar a los canes que encuentra por el camino
Edgard Zúñiga, más conocido como “Edgardo Perros”, es un mejicano nómada que ha encontrado el cometido verdadero de su viaje: salvar a los perros abandonados que encuentra por el camino.
A lo largo de sus 5 años de periplo por las carreteras y los caminos de México, Edgardo se ha ido encontrando con cientos de perros abandonados a su suerte. Él los cura, los baña, los esteriliza y viaja con ellos mientras les busca una familia adoptiva.
La bondad, la moralidad y su propia conciencia son las razones que le llevan a comprometerse de tal manera con estos animales caninos. “Nunca es tarde para hacer algo bueno”, propone. “La cosa, yo pensé, es no ser indiferente. Hacer algo positivo. Que los animales estén bien habla bien de una sociedad”.
“La cosa es no ser indiferente. Hacer algo positivo”
El vídeo, cortesía del centro de adopción Benito’s House, muestra a Edgardo en un día como otro cualquiera: armado con su carreta motorizada, descalzo por propia voluntad y acompañado de ocho perros. Edgardo se mantiene a sí mismo y a todos estos perros con trabajos temporales, pero confiesa que también hay mucha gente a lo largo de México que le ha ayudado. “La gente les regala cosas [a los perros]. Como me ven en buena onda con ellos y algunos ya me han visto en redes sociales y saben que los ayudo, me regalan medicinas para curar”.
En estos 5 años de viaje, Edgardo ha salvado y dado en adopción a más de 400 perros, y él mismo ha llegado a viajar con hasta 27 caninos a su lado. Cómo él mismo confiesa, “no es que yo quiera tener tantos, es que si no los adoptan yo no los voy a abandonar”.
México celebra todos los años el Día Internacional de los Derechos Animales (el 10 de diciembre) y cuenta con una legislación bastante avanzada en materia de protección animal. Sin embargo, la realidad cotidiana es distinta.
Según Sandra Segovia, fundadora de Todos Somos Animales, el abuso animal está extendido por todo el territorio mexicano. “El hecho de que las leyes se apliquen es excepcional, no es la regla”. El problema es que aunque las leyes evolucionen, los canales de denuncia existentes, la concienciación ciudadana y el respeto a la ley son todavía inadecuados. “Donde hay impunidad es como si no hubiera ley”, señala la activista.
Mientras que en México Edgardo parece hacer más por los perros mexicanos que el propio gobierno, en otros países se toman muy en serio la protección de los animales y sus derechos como seres humanos. Sólo como dato curioso, en Suiza los animales maltratados pueden llegar a tener un abogado de oficio asignado por el Estado.