“Ha ido todo muy bien (...) me siento aliviado por no haberme matado", dijo después de lograr un nuevo récord Guinness. Es el hombre que cuenta con más registros en el libro.
Ashrita Furman demostró el pasado martes por qué le llaman el rey de los récords. En esta ocasión se ha embolsado un nuevo Guinness por partirse 26 sandías en el estómago con una katana. Casi nada.
Secundando su esfuerzo había un equipo de ayudantes que preparaban las sandías para el ritual impuesto por los organizadores. Según los responsables, Furman debía rebanar al menos 20 sandías para conseguir el Guinness, cifra que superó ampliamente sin incidentes, a pesar de la dificultad que entraña blandir una espada afilada contra uno mismo sin quedarse en el intento.
Nada más terminar el desafío, el campeón de 63 años comentó que estaba contento con su actuación y animó a otros detractores de la sandía a intentar batir su marca: “Ha ido todo muy bien (...) me siento aliviado por no haberme matado y estoy entusiasmado porque no solo es un registro hábil, sino que también es algo que inventé; ahora está ahí fuera y otras personas pueden sumarse al reto".
Ashrita Furman corta sandias sobre el mismo
Aunque esta no es ni muchísimo menos la primera vez que Furman le da trabajo a los del Guinness. En los 35 años que lleva estableciendo marcas ha logrado incrustar su nombre en el libro cerca de 750 veces y actualmente 225 registros suyos continúan sin batir, una larga serie de éxitos que le convierten en la persona que más récords ostenta en su haber.
Eso sí, no todos son tan arriesgados como el que nos ocupa. Algunos de sus disparatados intentos incluyen la carrera más rápida con una botella de leche en la cabeza y el cucurucho con más bolas de helado del planeta —123, concretamente.
Ashrita Furman con un helado de 123 bolas
Además es la persona que más fósforos puede apagarse en la lengua en un minuto, 37 en total, la que maneja el “hula hula” más grande y la que más abdominales se hace en una hora.
Ashrita Furman haciendo abdominales frente a laTorreEiffel
Pero, ¿por qué Furman está tan enganchado a los récords? En sus propias palabras, “puede ser que el hecho de haber nacido cuatro días después de que se publicara el primer Libro Guinness de los Récords, en septiembre de 1954, tenga algo que ver". O quizás se trata de algún trauma de la infancia que involucra sandías y helados, quién sabe.