La voltereta hacia atrás del agente dejó a una persona con un agujero de bala en la pierna. Todo quedó capturado en vídeo
A veces, bailar puede resultar más peligroso de lo que imaginas. Ya has visto por qué lo decimos (si aún no sabes de qué va la cosa, dale al play).
La escena ocurrió el pasado sábado 2 de junio, en la ciudad estadounidense de Denver. El agente, que estaba fuera de servicio, trataba de lucirse bailando en medio de un establecimiento nocturno que responde al nombre de Mile High Spirits Distillery and Tasting Bar. Vemos al hombre muy motivado, con una gran cantidad de gente rodeándole y observando sus movimientos, que se debaten entre un “quiero y no puedo” y algún que otro destello de habilidad.
Es entonces cuando el agente, quizás consciente de que está resultando un poco patoso, recurre a su gran número: una voltereta hacia atrás.
En esas estaba cuando se percató de que, con su giro, la pistola que llevaba en la cintura del pantalón había acabado en el suelo. En medio de la pista de baile. Al darse cuenta, el hombre va a recogerla rápidamente y... aprieta el gatillo accidentalmente, disparando el arma hacia los espectadores.
El disparo alcanzó a un hombre en la pierna, que fue llevado al hospital inmediatamente y ya se encuentra fuera de todo peligro.
El portavoz del FBI de Denver, Amy Sanders, se negó a hacer comentarios al respecto de lo sucedido. No obstante, si que citó que se está investigando el caso. Al parecer, se están analizando muestras sanguíneas que le tomaron al agente en el lugar de los hechos, con la intención de descubrir el grado de alcohol y otras posibles sustancias que pudiera haber en el riego del hombre en el momento del suceso.
Las armas que se disparan por accidente en EEUU
El suceso en el bar de Denver no es, ni mucho menos, un caso aislado. Llama la atención por la condición del implicado como agente del FBI, pero los disparos casuales están a la orden del día en EEUU. Recientemente han ocurrido varios accidentes relacionados con armas de fuego, algunos con resultados más afortunados que otros.
Este mismo mes de mayo, dos tragedias casi simultáneas ocurrieron en el estado de Virginia. En la primera, un niño de 4 años disparó a su hermanito de 2, pensando que el arma que poseía era de juguete, acabando con su vida. En la segunda, a tan sólo 200 kilómetros del anterior, otro pequeño de 2 años se disparó a sí mismo accidentalmente con una de las armas de su padre.
Otro caso reciente se dio en marzo en California, donde un profesor disparó de forma accidental a un alumno durante una clase de seguridad pública.
Son solo algunos ejemplos cogidos al vuelo, pero no son los únicos. Según el archivo de datos de Gun Violence, en lo que llevamos de año han perdido la vida más de 6.000 personas a causa de armas de fuego en los Estados Unidos. Las estadísticas de la web Every Town tampoco son nada esperanzadoras: de media, 96 personas fallecen al día por armas de fuego en EEUU, de los cuales alrededor del 60% son suicidios. Otro dato terrible es el número de homicidios anuales, cercano a los 13.000.
Trump, sin intención de modificar la segunda enmienda
A pesar de los movimientos a favor de un mayor control, sobre todo a raíz del impacto mediático que han tenido los recientes tiroteos en institutos, la situación de las armas en Estados Unidos no parece que vaya a cambiar en un futuro cercano. Recientemente, el presidente Donald Trump se reafirmó en su deseo de mantener intacta la segunda enmienda de la constitución, que es la que da derecho a portar armas a los ciudadanos.
Su intención quedó patente en marzo, cuando el presidente afirmó en Twitter, su usual medio de comunicación con las masas, que esta enmienda nunca será derogada.
Queda claro que habrá que esperar a un cambio en la presidencia para que esta situación mejore. O eso, o que Donald Trump se levante un día y cambie repentinamente de opinión, lo cual no parece un hecho muy improbable visto lo visto hasta ahora. ¡Crucemos los dedos!
