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Artículo El ejemplo más desternillante de que es importante acudir bien descansado (y sobrio) al trabajo Content

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El ejemplo más desternillante de que es importante acudir bien descansado (y sobrio) al trabajo

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Se queda dormida, de pie, en el trabajo

Playground community

17 Septiembre 2018 23:39

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Iban camino de la oficina cuando al llegar a un tramo en obras encontraron con la escena del vídeo. ¿De verdad se puede ir a trabajar en las condiciones en las que está esta mujer?

Pongamos que lo que tiene la señora es falta de sueño. Supongamos, también, que haya llegado a ese estado queriendo mejorar en su trabajo. Lo decimos porque, de forma recurrente, emprendedores de éxito y directivos de compañías con tirón destacan el valor de dormir pocas horas y no tomar días libres como una ventaja competitiva. “Yo no habría llegado a donde estoy durmiendo lo mismo que duermen mis empleados”, vienen a decir. Sin embargo, los expertos no pueden estar más en desacuerdo con ellos.

Según la Organización Mundial de la Salud, una persona debe dormir de 7 a 8 horas diarias para lograr un correcto desarrollo de sus funciones habituales, como pueden ser la toma de decisiones, las tareas de razonamiento lógico y otras operaciones importantes para un correcto desempeño en el trabajo.

La Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, por ejemplo, defiende que lo que pudieras estar ganando con trabajar hasta altas horas de la noche, lo pierdes a la mañana siguiente por los efectos nocivos de privarte de sueño. De hecho, los efectos negativos de no dormir son tan grandes que las personas borrachas superan en experimentos de productividad a quienes han descansado poco.

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La falta de sueño también produce pérdidas económicas a las empresas y, por tanto, afecta también al PIB de los países. La organización RAND Corporation publicó un estudio en noviembre de 2016 en el que midió cuál era este impacto económico en EEUU, Japón, Reino Unido, Canadá y Alemania. Los resultados fueron significativos.

En EEUU, donde se calcula que más de un tercio de los estadounidenses no duerme lo suficiente, se descubrió que esto produce pérdidas de hasta 411.000 millones de dólares cada año, aproximadamente un 2,3% del PIB nacional. En Japón, las pérdidas económicas por falta de sueño suponen el 3% del PIB (138.000 millones de dólares), mientras que en Reino Unido la cifra se sitúa en un 1,9%. Canadá y Alemania pierden un 1,3% y un 1,6% de su PIB, respectivamente.

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Pero volviendo a la señora del vídeo, no creemos que su problema sea sólo la falta de sueño, sino el uso de alguna sustancia poco recomendable para el trabajo, léase alcohol o drogas.

Cabe destacar que la alta competitividad actual en el ámbito laboral ha incrementado el uso de drogas y estimulantes para aumentar la productividad. Algunos profesionales afirman que tomar nootrópicos o pequeñas dosis de ciertas drogas les hace mejorar el rendimiento en el trabajo, su creatividad y su concentración. No obstante, científicos de la Universidad de Cambridge de los departamentos de Psiquiatría y Neuropsicología defienden en The Conversation que la falta de estudios sobre el uso de estas microdosis hace imposible estimar sus efectos a largo plazo.

No sólo se vende este aumento de productividad con drogas clásicas como el LSD, sino con fármacos para los que hace falta receta médica, como el Modafinil. Este medicamento fue concebido inicialmente para tratar la somnolencia excesiva asociada con la narcolepsia. Sin embargo, sus efectos positivos incluyen la mejora de atención, el aumento de memoria y la capacidad de aprendizaje.

Dicen los expertos que el modafinilo es la primera 'smart drug' segura, que los estudios más recientes sobre la materia sugieren que su consumo entre personas sanas es razonablemente seguro a corto plazo. "No estamos diciendo, 'tomad este fármaco y vuestra vida será mejor'", matizaban los autores de aquel trabajo de revisión, "pero ha llegado el momento de entrar en un debate amplio sobre cómo integrar los potenciadores cognitivos en nuestras vidas. Necesitamos explorar los aspectos éticos, científicos y políticos de estas sustancias, y el público necesita formar parte de ese debate".

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