La extrema derecha alemana salió a la calle. Pero no fueron los únicos
Alternativa por Alemania ocupa 92 de los 709 asientos de Bundestag germano. El partido, fundado en 2013, consiguió entrar en el parlamento alemán el pasado año, al arañar un 13% de los votos con un discurso antieuropeo y racista. Alice Weidel, una de sus líderes, se refirió a la comunidad inmigrante en un pleno como “niñas con velo, pedigüeños de la seguridad social, navajeros y otros perfectos inútiles”.
Alternativa por Alemania, ayer domingo, tomó las calles de Berlín.
La manifestación, con la que los supremacistas esperaban arremolinar 10.000 simpatizantes y en la que sólo se concentraron 5.000 personas, consistió en una marcha hasta la Puerta de Brandenburgo, entre gritos de “Merkel dimisión” y “nosotros somos el pueblo”. Alternativa por Alemania protestaba por una acogida de refugiados durante la crisis migratoria que, aunque escueta, para sus votantes supone motivo de alarma.
La manifestación identitaria tuvo su contra: progresistas, queers, feministas y antirracistas se movilizaron en su contra, y lo hicieron con el techno como música de guerra.
Getty Images
“La cultura club de Berlín es todo lo contrario a lo que son los nazis”, expresaron, desde la escena techno alemana, mediante un comunicado donde abogaban por la inclusividad. El mundo de la electrónica fue una de las partes más activas en la contramanifestación: hasta 100 locales participaron en ella, con barcos y disco-móviles hasta arriba de bafles para acallar las soflamas racistas de Alternativa por Alemania.
Otros de los participantes en la marcha antirracista fueron partidos políticos de izquierda, sindicatos de estudiantes, abogados especialistas en inmigración y diversas organizaciones de la sociedad civil.
La policía, con 2.000 agentes desplegados por la ciudad, se ocupó de que las dos manifestaciones no se encontrasen, cerrando los accesos necesarios y obligando a las dos marchas a discurrir en paralelo. Aunque no acontecieron incidentes graves, fuentes policiales informan de uso de sprays pimienta, por parte de agentes, contra los antifascistas que trataban de romper la barrera se separación entre manifestaciones.
Aunque desde el black bloc se llamaba “a sabotear por cualquier medio la manifestación de Alternativa por Alemania”, la proclama se quedó en un deseo no cumplido.