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Internet y la comunidad LGBTQI no están muy contentos con las últimas declaraciones del actor Andrew Garfield. “Ahora mismo soy gay, pero sin el acto sexual. Eso es todo”, ha dicho, entre bromas, el marco de una mesa redonda en el Teatro Nacional de Inglaterra.
Garfield, de 33 años, estaba explicando cómo se preparó el papel de Tony Kusher, un hombre que lucha por conciliar su fe judía y homosexualidad y al que encarna en su próxima película, Angels in America, cuando expresó en público esta confusa declaración.
La gente no acaba de entender si lo dice en serio o solo se está tirando el rollo.
“Por lo que yo sé no soy un hombre gay. Tal vez tendré un despertar más tarde en mi vida, que estoy seguro de que será maravilloso y podré explotar esa parte del jardín de mi vida. Pero ahora mismo me limito a mi área, que también es maravillosa”, añadió Garfield.
En esa misma mesa redonda, el actor explicó que para ponerse en la piel del personaje homosexual se dedicó a ver RuPaul: reinas del drag, el pomposo reality que emite el VHI en el que los concursantes compiten para coronarse como el mejor drag queen.
Algunos colectivos LGBTQI acusan ahora al actor de que empaparse de un ‘reality’ que solo muestra la cara más azucarada y liviana de la comunidad queer y que seguramente no es la mejor forma para estudiarse este papel con profundidad.
Sus declaraciones han sido recibidas con cierto rechazo y escepticismo entre la comunidad gay: para ellos, solo es un hombre hetero dándoselas de gay solo por haber visto un programa queer. Critican que su frivolidad olvida la realidad diaria a la que hacen frente el colectivo LGBTQI de violencia, abusos y discriminación.
Otras críticas, eso sí, le dan un poco más de crédito: creen que es un primer paso para que el exnovio de Emma Stone abrace (quien sabe) una posible bisexualidad.
El mismo Andrew Garfield también acaparó titulares después de que en los pasados globos de oro diera un beso al actor Ryan Reynolds y asegurara que se siente “cómodo besando a otros hombres”.