“Nuestro conocimiento de causa sobre la situación de Murray nos permite confirmar que, lamentablemente, la acusación de asalto que pesa sobre él forma parte de ese 3% de denuncias falsas que se presentan cada año”, rezaba el comunicado. “Estamos de parte de Murray y eso es todo lo que tenemos que decir sobre este asunto”.
Las palabras las firmaban Jenni Konner, productora ejecutiva de Girls, y Lena Dunham. Ambas salían en defensa de uno de los guionistas de la serie, Murray Miller, recién acusado de agresión sexual por parte de la actriz Aurora Perrineau –según el relato de la intérprete, el escritor la habría violado cuando ella tenía 17 años.
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Tras salir a la luz el comunicado, un aluvión de críticas cayeron sobre Dunham: nadie parecía entender que una creadora con discurso feminista como ella, ante una denuncia de agresión sexual, optase por poner el pie encima del cuello de la víctima. “Cosas sobre las que mienten las mujeres: lo que han desayunado”, tuiteaba Dunham este agosto. “Cosas sobre las que no mienten: violación”.
Viendo la polémica que había causado su primer comunicado, Dunham redactó otro para pedir disculpas públicamente.
“Jamás habría pensado que saldría en defensa de alguien acusado por abusos sexuales, pero pensé que era importante compartir mi visión sobre la situación en la que se había visto inmerso mi amigo, así como los entresijos que rodearon dicha situación en los últimos meses”, escribía la creadora de Girls. “Ahora entiendo que no era el momento de lanzar un comunicado como aquél... Me arrepiento de esa decisión desde lo más profundo de mi ser”.
“Cada mujer que de un paso al frente merece ser escuchada, y nuestra eventual relación con un acusado no tiene que pesar a la hora de enfrentarnos a un hecho como éste”, continuaba. “Cada persona, cada feminista, tiene como responsabilidad escuchar la versión de la mujer. Bajo el yudo del patriarcado, el 'yo sí te creo' es esencial”, concluía. “Pido disculpas a cualquier mujer que se haya sentido decepcionada por mis palabras”.
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Lo aberrante del primer comunicado hizo que el segundo cayese en saco roto: la retórica feminista (“el yugo del patriarcado”) sonaba vacua después de sentencias que parecían escupidas desde una tribuna neocon a lo Fox News (“3% de denuncias falsas”). Para agravar la situación, el hecho de que Miller sea caucásico y Perrineau no, ha hecho que caiga sobre Dunham, una vez más, la acusación promover un feminismo eminentemente blanco.
Una de las que ha señalado este particular ha sido Zinzi Clemmons, colaboradora de Lenny Letter. La escritora, a través de Twitter, anunciaba que cesaba su colaboración con la newsletter feminista de Dunham: “A todas las escritoras que ha ofendido, les invito a hacer lo mismo que yo”, escribía Clemmons. “Especialmente, a las mujeres de color”.
“Ella no se merece nuestra firma si no es capaz de respetarnos”.