PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo 'I Love Dick' no es solo una serie, es un homenaje a un montón de artistas increíbles Culture

Culture

'I Love Dick' no es solo una serie, es un homenaje a un montón de artistas increíbles

H

 

Chantal Akerman, Maya Deren o Cheryl Donegan... Una guía de las mejores autoras y obras que vas a descubrir si te decides a ver 'I Love Dick'.

anna pacheco

03 Septiembre 2017 17:39

Imagen vía I Love Dick

La mayor parte de las películas dirigidas por mujeres no son buenas. Ahí está. Ya lo ha dicho. Esa frase es de Dick. Acabas de conocerlo. Míralo otra vez. Dick, interpretado por Kevin Bacon, con aires de cowboy y artista solitario bastante machirulo. Va todo el rato montado a caballo y pone ojos de intenso y te explica cosas. Estás en medio de un restaurante, en una cena, y esto es el episodio piloto de I Love Dick (Amazon), la serie dirigida por Jill Soloway (Transparent), adaptación de la novela feminista homónima de los 90. I Love Dick Es el retrato de una obsesión (sexual); pero sobre todo una reflexión en torno al arte y la condición femenina.

Volvamos a la cena. Con Dick. Chris (interpretada magistralmente por Kathryn Hahn) es la protagonista, una cineasta que intenta pelearse un hueco en el difícil mundo del arte, casada con un artista 20 años mayor que ella. Hace ya un buen rato que te cae genial. Es extrema, brillante, divertida. Le contesta a Dick, claro que sí. Mira Dick, a ver cómo te lo explico, “creo que cuesta encontrar buenas películas hechas por mujeres porque tenemos que trabajar desde la opresión, lo que hace que algunas pelis sean un coñazo”. Dick no se lo cree, él dice que basta con querer hacer buen cine para hacer buen cine. Chris, nueva mejor amiga, contesta: “Si fuera una cuestión de deseo, Dick, habría una montaña de películas dirigidas por mujeres”.

Fotograma I Love Dick

A partir de ahí, I Love Dick se articula como una serie que da respuesta a todo eso. Que rinde tributo a todas las mujeres artistas y cineastas que subvirtieron las reglas. Que hicieron cine desde los márgenes. I Love Dick es una serie repleta de cosas, de muchas cosas, que te lleva de paseo por fragmentos de películas (intercalados entre los propios planos de la serie), videoarte, performances, experimentos, planos congelados. Todo eso sucede a la vez mientras te cuentan la historia. Y puede sonar pretencioso o hasta recargado, pero funciona y no estorba. I Love Dick es una celebración de la libertad creativa no solo por lo que cuenta, sino por cómo lo cuenta. Su ambición narrativa y su propuesta un tanto fuera de lo habitual convierte esos treinta minutos de capítulo en una fuente fascinante de estímulos y revisión y creación de referentes. I Love Dick no es una serie al uso, es más una declaración de intenciones. Un manifiesto.

Esto no pretende otra reseña para que veas la serie —simplemente tienes que verla— sino un recopilatorio de las mejores obras y autoras que la serie se encarga de dar a conocer. Son artistas que quizás no conozcas o que igual habías olvidado.


Pionera del cine de autor: CHANTAL AKERMAN


Uno de las autoras que se repiten a largo de la serie es la cineasta belga Chantal Akerman, una de las pioneras del cine de autor. En los episodios primero y segundo vemos dos fotogramas de dos de sus obras más importantes. “Jeanne Dielman, 23 Quai du Commerce, 1080 Bruxelles (1976)” y “Je, Tu, Il, Elle,” (1974). La primera es su primera película: una historia que trata la vida de una mujer que vive con su hijo y que repite con tedio y hastío las tareas domésticas en un hogar asfixiante. La protagonista ejerce de trabajadora sexual para poder sobrevivir. El New York Times la describió como la “primera gran obra maestra de lo femenino en la historia del cine”, pese a que tuvo una recepción lamentable en taquilla y no fue demasiado aplaudida por la crítica en su momento.

La otra obra de Akerman que nos acerca la serie es “Je, Tu, Il, Elle,”, filme autobiográfico interpretado por ella misma, a sus 24 años, en el que la directora explora en torno a su propia identidad encerrada en las cuatro paredes de un cuarto. Come, escribe cartas y mantiene sexo con otra mujer. Akerman fue una artista increíblemente precoz (a los 17 años rodó este cortometraje maravilloso en el que hace explotar su propia casa) y su cine a menudo destaca por sus larguísimos y estáticos planos secuencia. Su condición como mujer y judía es indisociable dentro su carrera artística. Akerman, finalmente, se acabó suicidando en el 2015.

Chantal Akerman en Je, Tu, Il, Elle


Sexo y erotismo: CHERYL DONEGAN, CAROLEE SCHNEEMAN


El episodio tres de I Love Dick arranca con Heads, uno de los trabajos más destacables de la artista conceptual Cheryl Donegan (1962). El vídeo es un ejercicio de autoerotismo y estética pop en el que la propia Donegan abre un bric con la boca y traga leche, lamiendo el recipiente y recreándose de forma erótica en él. Al final la artista escupe la leche contra el telón que hay en el fondo, creando una especie de “pintura de acción”, mostrándose irreverente, desafiando lo esperado o quizás lo establecido. El placer, el deseo, también se convierten en un artefacto político. En el final de la escena ya no hay rastro de ella. Solo el bric y la pared completamente salpicada. Ya no hay sexo ni deseo: hay rebelión.



Otra artista que explora en torno al erotismo y la sexualidad es Carole Schneeman. La serie incorpora un fragmento de Fuses, la obra en la que la autora se graba a sí misma junto a su novio de ese momento mientras practican sexo. Su gato, Kitch, atiende interesado a varias escenas. Este material es importante porque es pionero en colocar el foco en la mirada femenina. Hay penes porque a Schneeman le interesa registrar eso; hay cuerpos de mujeres pasivos, porque es ella la que recibe placer. Y no al revés. Se invierte de algún modo las tornas a la hora de filmar el sexo. La artista es a la vez objeto y sujeto de la acción.

Ella dirige los movimientos y decide qué es lo que quiere que veamos. Schneeman empezó en la década de los 50 como pintora, pero no fue hasta los 90 cuando su trabajo empezó a ser reconocido. Muchas de sus obras habían sido rechazadas porque las consideraban excesivamente “narcisistas” o “sexuales”. En realidad, solo era porque en aquella época resultaba inconcebible que el cuerpo femenino pudiera ser algo más que el espejo del deseo masculino.

Carole Schneeman


En el episodio seis, Schneeman volverá a aparecer con la instalación Up to and Including her limits, presente en el MoMA.


Bocas y cuerpos: STEPHANIE SMITH y DIMITRIS PAPAIOANNOU


Mouth to mouth

Episodio 7. Un vídeo en blanco y negro, mudo, de dos minutos y medio, se intercala entre una de las escenas de I Love Dick. Stephanie Smith y Edward Stewart son los creadores de la obra Mouth to Mouth (1995). El vídeo muestra a un hombre, Stewart, con una camisa y pantalones, bajo el agua, metido en una bañera. A medida que libera su aliento y surgen burbujas a la superficie, una mujer, Smith, se inclina un poco sobre él y le pasa aire para que pueda continuar respirando, debajo del agua.

Por otro lado, en este mismo episodio vemos el hipnótico vídeo de danza experimental del coreógrafo griego Dimitris Papaioannou titulado Nowhere, un vídeo de danza en el que 26 bailarines se contorsionan cambiando y modificando las formas del espacio hasta convertirlo en un no-lugar.



Surrealismo y experimentación: MAYA DEREN


En el último episodio nos encontramos con fragmentos de la cinta At Land (1944), un cortometraje de 15 minutos en blanco y negro, mudo, de la cineasta ucraniana Maya Deren, también conocida como Eleanora Derenkowksy. El legado de Deren es muy importante tanto como cineasta como ensayista política o militante troskista. También fue la primera cineasta (hombre o mujer) en recibir una beca Guggenheim. Es considerada una de las pioneras del cine experimental o underground. La película At Land es una narración onírica en el que una mujer, que es la propia Deren, se encuentra en una playa e inicia un largo viaje en el que se encontrará con otras personas y otras versiones de si misma.

Fotograma At Land

También es conocida su obra Witch’s Cradle, un corto que empezó a filmar en 1943 de 12 minutos de duración en el que aparece un hombre (que es Marcel Duchamp) sentado en una silla y teniendo delirantes pesadillas. Una bruja es quien le induce todos esos sueños. En la frente de la hechicera se lee “The end is the beginning is the end is the…”, una reflexión en torno a la circularidad del tiempo y que es una constante en varios de sus otros filmes.

La obra de Deren se tiene que entender en el contexto de la época (años 40 y 50). Pese a que algunas ideas ahora puede que no nos parezcan demasiado novedosas, Deren desafió las reglas de género experimentando en un subgénero esencialmente masculino, como es el surrealismo; y además exponiéndose ella como principal protagonista.

Fotograma At Land

share