Esta foto de la actriz con sus compañeros de reparto dice muchas cosas sobre el papel de la mujer en Hollywood
El jueves Jennifer Lawrence se tomó una foto con sus compañeros de reparto de la película Red Sparrow en la terraza de un edificio londinense.
Nada más ver la imagen a todos nos salta a la vista lo mismo: Lawrence lleva un vestido de tirantes mínimo que abriga entre poco y nada, sus compañeros, perfectamente cubiertos, llevan capas de ropa para aburrir. De hecho, Joel Edgerton lleva dos abrigos.
Según he leído por ahí ese día en Londres la temperatura era de 4 grados centígrados y medio.
En Twitter algunos usuarios se lanzaron a comentar las preocupaciones que les generaba la foto. Helen Lewis, editora de New Statesman fue de las primeras en hacerlo.
"Esta es una imagen bastante deprimente (y reveladora). Entre otras cosas porque he estado fuera hoy y hace un frío horrible".
"La verdadera igualdad significa que Jennifer Lawrence lleve un abrigo o que Jeremy Irons pose para el photocall con el culo al aire".
Hay muchos motivos por los que Lawrence podría haber aparecido sin abrigo.
El primero, que simplemente, estaba en un evento en el que pasaba la mayor parte del tiempo en el interior y le diese pereza mortal andar poniéndose y quitándose por dos minutos a la fresca.
El segundo, que llevando semejante vestido de Versace, que en cuanto escuchase “¡Foto de grupo!”, ella pensase “¡Esta es la mía!”, y aprovechase el momento para lucir modelito. Normal, yo lo hubiese hecho también.
Hasta qué punto sentir esa decisión de “lucir modelito” es un arranque propio o una necesidad de sentirse valorada en base a su aspecto es algo imposible de discernir del todo a este lado de la barrera. Probablemente haya un poco de ambas. De hecho, no tengo claro si pueden separarse jamás al 100%.
"Supongo que lo que pasó es que estaba haciendo el evento en el interior y estaban tomando las fotos allí y no quería tener que retocarse el pelo y el maquillaje dos veces. Aun así, no puedo apreciar su increíble belleza cuando lo que más quiero es darle una manta.
El caso es que, fuese esta situación en concreto, la foto es una representación perfecta de la diferencia de trato que la industria del cine impone sobre actores y actrices. Ellos, abrochados hasta arriba, profesionales; ellas, sexys. Ellos se llevan el premio mientras ellas no son más que trofeos.
Y nosotras, en el mundo real, nos empapamos inevitablemente de todo esto. Qué difícil nos resulta muchas veces, aunque sea de manera inconsciente, sentir nuestra valía sin haberla pasado previamente por el filtro masculino, por el barómetro que nos indica lo atractivas que somos a ojos de ellos. Luchando permanentemente para no ser floreros pero al mismo tiempo sintiéndonos insuficientes al pensar que no “adornamos” lo suficiente, que no "hacemos bonito" según el canon.
"¡Abrigos para las mujeres! (y un buen par de medias)".
Cuando veo a las mujeres paseando por la alfombra roja con sus tacones imposibles y vestidos que serán juzgados hasta la última costura pienso en los concursos de belleza de perros. Al fin y al cabo, las deshumanizan a ese nivel. Para plantar cara a esto en el Berlinale de este año ha nacido #NobodysDoll (“La muñeca de nadie”), una iniciativa de la actriz Anna Brüggemann para acabar con la “mirada patriarcal” a la que las mujeres se someten en este tipo de eventos.
“Las alfombras rojas son como retroceder hasta 1950”. “Se espera que las mujeres se pongan vestidos escotados y tacones imposibles para satisfacer la mirada de aquellos que después juzgarán si son comercializables o no. Ya es hora de que tengamos imágenes de mujeres poco convencionales para poder admirar”, dijo a The Guardian.
La verdad que plantarle cara al sexismo y al patriarcado en chándal y deportivas suena a bastante buen plan. Si tenemos una lucha por delante, que nos pille con ropa cómoda.
