Oh! Parece ser que estás usando adblocker y lo respetamos. Por eso podrás seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site. Ayúdanos a seguir adelante y a luchar por aquello en lo que creemos.
Culture
Un publicista explica el caso de un niño que se hacía de oro a espaldas de sus padres
12 Junio 2018 13:31
Después de ver historias como las de Lil Tay, la estrella de Internet de 9 años que, bajo las órdenes de su hermano y su madre se comporta como un rapero macarra en miniatura, cuesta no presuponer que todos los niños influencers no son víctimas de la explotación de sus familias.
Al fin y al cabo, ¿cómo va a tener un crío que apenas llega a la adolescencia la visión de negocio y la capacidad de generar un personaje rentable en las redes sociales? Eso es imposible, right?
Pues existen excepciones que pueden descolocar incluso a los profesionales que trabajan con influencers cada día.
Alejandro Rivas es experto en marketing, fundador de la agencia MarcaSfera y profesor de dirección de marketing y social media en IEDGE. Hace unos días explicó en su Twitter su experiencia con un influencer de solo 12 años.
Voy a compartir historias de mi trabajo que suelen gustar sobre cómo es trabajar con Influencers. Si gusta haré otros hilos con lo más curioso que me ha pasado en 10 años trabajando con ellos. Empieza el primero, yo lo llamo “el próximo Amancio Ortega”
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Pasó hace un par de años.
2016. Recibo briefing de mi cliente. Es un una marca que quiere impactar a niños-adolescentes de 11 a 15 años, nos dicen que no saben cómo llegar a estos chavales, que no ven la tele (menuda novedad) y que Facebook y Twitter les parece para mayores y los youtubers con caros.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Por aquel entonces en su empresa no habían trabajado nunca con chavales de entre 11 y 15 años.
Aunque por entonces habíamos hecho ya más de 500 acciones con influencers era la primera vez que nos pedían hacer algo con esta franja de edad. Lo habíamos hecho con niños más peques y con más mayores, pero esta franja nos tenía despistados.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Clásico momento en el que te das cuenta de que te has hecho viejo y no tienes ni idea de qué se lleva entre la peñita joven.
Investigando un poco descubrimos @musicallyapp y flipamos. Millones de chavales subiendo coreografías de canciones (muchas alucinantes) y decenas de ellos con más de medio millón de seguidores, ¿cómo no nos hemos enterado antes de esto? Me siento mayor.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Total, que proponen la idea creativa.
El cliente tiene un spot con una canción bastante molona y pegadiza. Proponemos contratar a los que tienen más seguidores para que hagan su coreo con ella y así la hagan más conocida. Cada vídeo es visto más de 200K y podemos ser los primeros en hacer algo así en España.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Y se dan cuenta de que estos críos ya tienen el negocio bastante bien organizado.
Para mi sorpresa muchos tenían en sus bios correos tipo business@xxxx.com para estas cosas, escribo a varios de ellos el típico mail de “trabajo para tal y tal y estamos interesados en hacer una campaña de publicidad contigo subiendo contenido en tu perfil…”
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Algunos tienen incluso representante y todo.
Muchos contestan rápido, en horario escolar, alguno con representante #madremía. Uno nos envía un pdf profesional con tarifas y ejemplos, incluidas vídeos y fotos en Instagram, resulta que tiene más de 200K followers allí, con 12 años, en 2016. ¿Cómo no lo teníamos localizado?
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Contacta con esta mega estrella preteen flipando todavía de no saber de su existencia hasta el momento.
Es una especie de Cremades en pequeño, subiendo vídeos chorras con sus colegas en el cole. Alguno hasta me hace gracia, pero la verdad es que no entiendo la mitad de las cosas que dice. No diré quién es y en un rato lo entenderéis.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
En publi siempre piden las cosas “para ayer”, así que toca mover el asunto con un petardo en el culo.
La velocidad del día a día y los tiempos de la publi son los que son, tenia que pasar la propu ASAP y con la búsqueda de nuevas tendencias y el contacto hemos perdido un par de días. El cliente me aprieta y le mando las primeras opciones de precios que me han llegado.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Papeleo y pa’lante.
Al cliente le encanta el Cremades Jr y me da ok para su activación, con otros tantos. Le pido al correo datos para hacer la Orden de compra, me los pasa y se lo mando para firma. También le doy las pautas para la publicación. Me envía el borrador y la Orden firmada ese mismo día.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
El material perfecto...
Mientras paso el vídeo (muy chulo) al cliente para aprobación, le digo que necesito que firme un adulto la Orden y que me diga datos de facturación, que no me los había pasado. No contesta. El cliente revisa el vídeo y me dice que es justo lo que buscaba, que lo publiquemos.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
… pero el chaval no manda la documentación necesaria.
Al día siguiente vuelvo a escribir, le digo que el vídeo está ok, pero que necesito los datos de facturación y que firme algún adulto la OC. No contesta. Empiezo a pensar que estoy en un marrón importante. Lo intento más veces y durante dos días eternos no me dice nada.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Y las cosas se ponen raras:
Tras mucho insistir me da su teléfono móvil. Pero me dice que le llame a partir de las 17:00, que antes está en el cole y no puede contestar. No me puedo creer que durante todo el tiempo he estado hablando por correo con el chaval y no con un repre. Le llamo.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Pregunto que cómo es posible que con 12 años tenga un documento de tarifas tan elaborado y me dice que lleva dos años trabajando de esa manera, que todas las marcas pasan por el aro (que no son pocas) porque los resultados son acojonantes. Le doy la razón.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Pregunto cómo puede cobrar si es menor de edad. Contesta que le tenemos que pagar por paypal (que lo abrió con datos falsos) que no tiene cuenta bancaria y que no saca cash, no puede. Compra las cosas que le gustan por tiendas online que aceptan pagar con su saldo de paypal.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Al parecer a muchas marcas acceden sin problemas a estas condiciones. O no saben lo que se juegan o les da igual.
Insisto que si sabe los problemas que puede generarnos si se entera su padre, hacienda o el defensor del menor. Imagino la noticia: La marca xxxx contrata a menores sin permiso de sus padres para promocionar sus productos en Redes Sociales.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Alex y sus compañeros consideran que eso ni está bien, ni vale la pena correr el riesgo.
Me veo como ejemplo en todos los cursos sobre Influencers sobre cómo no hacer las cosas.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
El chaval a sus 12 años y ganando 4000 € no acaba de entender cuál es el problema.
Me repite lo mismo: Esto lo que hay, este mes ya han aceptado estas condiciones 4 marcas. La cantidad pactada para la campaña es superior a 1.000 €, hago cálculos, cobra más del doble de lo que cobro yo, con 12 años.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Su padre es tonto o se lo hace, no está del todo claro.
Me dice que sabe que cobra bastante más que su padre. Pregunto si él no se entera de su ritmo de vida cobrando lo que cobra y me dice: él se cree que todo son regalos de marcas porque soy muy conocido en Internet… No entiendo cómo un padre no puede saber algo así de su hijo.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
A pesar de la presión por parte del cliente, desde la agencia deciden no arriesgarse.
Hablo con el cliente y le cuento el panorama, le digo que nosotros no podemos hacer eso, que he consultado con el abogado y que se nos puede caer el pelo. Además que no me parece ético que un chaval de 12 años esté currando sin que lo sepa su padre
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
El cliente responde que es una pena porque el vídeo les ha encantado. Pasa un día más y recibo llamada bomba: Tenemos que salir con esa publicación si o si. Que el vídeo les ha encantado y que como no publiquen por ese motivo pueden perder la cuenta, que está en concurso...
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Me jugaba mucho porque es un cliente que me trae muchas campañas. Consulto a mi abogado, que prefiería perder a un cliente a ir a chirona. Joder, que contratar a un menor sin saberlo los padres suena tan feo como lo que es.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
Curiosidad máxima por saber quién es el chiquillo en cuestión, que al parecer ya tiene 15 años y un imperio montado en torno a su imagen en Internet.
Han pasado dos años y medio. He seguido al chaval, tiene 15 años y en sus últimas publicaciones hay algunas patrocinadas (el precio actual es más del doble de lo de hace dos años) sigue a todo tren.
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
¿Qué haríais vosotros si descubrierais que ha habido marcas trabajando sin vuestro consentimiento legal con vuestro hijo menor de edad, usando su imagen con fines comerciales?
¿Qué pensais que hubiese hecho el padre de haberse enterado? Muchos padres de influencers (incluso con niños muy pequeños) gestionan la imagen de sus hijos y ganan una pasta. ¿Habría sacado partido a la gallina de los huevos de oro o habría desmontado el chiringuito? #influencers
— Alex (@marasfero) 9 de junio de 2018
share