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El primer supermercado británico sin aceite de palma ya es una realidad

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“No creemos que haya un aceite de palma con garantías de ser “sostenible” en el mercado de masas", dice su director

PlayGround

11 Abril 2018 13:12

No hay vuelta atrás: el aceite de palma ya se ha convertido en uno de esos ingredientes nadie quiere ver en las etiquetas. El último en espantar esta grasa hidrogenada de sus productos ha sido el supermercado británico Iceland, que se compromete a no añadirlo en su marca blanca, convirtiéndose en el primer distribuidor del país en hacerlo.

En total, Iceland reformulará 130 productos por razones medioambientales antes de que termine el año y ya lo ha reemplazado en el 50% de sus productos en las 900 tiendas que posee. Y también ha dado a conocer 100 nuevos ítems que renuncian al ingrediente en cuestión.

La cifra parece elevada, pero no es para menos, ya que el aceite de palma es prácticamente ubicuo: puede contenerlo desde en el biodiesel, en un champú o un pintalabios hasta en el chocolate, galletas, comida para mascotas o queso vegano.

“No creemos que haya un aceite de palma con garantías de ser 'sostenible' en el mercado de masas, así que les damos a nuestros consumidores la opción de decirle no al palmiste por primera vez”, declaró para The Guardian el director de Iceland, Richard Walker.

“Habiendo estado recientemente en Indonesia y habiendo visto de primera mano la devastación medioambiental causada por la cada vez más grande producción de aceite de palma, me he sensibilizado ante la importancia de concienciar sobre este asunto - y sé que muchos consumidores británicos comparten mi preocupación y quieren tener un poder de decisión real sobre lo que compran”, añadió Walker.

Porque para poder cultivar las palmeras que daran el aceite, el país permite que vastas extensiones de selva se quemen para ser replantadas. Por supuesto, la flora y la fauna se ven arrasadas, siendo los orangutanes los protagonistas de las campañas que acaban con una biodiversidad única en el mundo.

La noticia llega en un momento en el que los gobiernos europeos dirimen prohibir el aceite de palma ante las amenazas de boicot comercial de Indonesia y Malasia, que producen en 90%. Y mientrastanto, la selva indonesia pierde el área de 146 campos de fútbol cada hora, en la que se plantan nuevas palmeras para abastecer la creciente demanda mundial.

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