La trabajadora sexual y feminista María Riot: “La verdad es que la palabra gorda no me duele. Y eso aprendí justamente de mis amigas gordas, que como las putas, se apropiaron de la palabra para que nunca más sea un insulto”
“No suelo hablar de mi sobre mi cuerpo”.
Así empieza este texto cargado de fuerza sobre la relación con su cuerpo que firmaba la trabajadora sexual, actriz porno y feminista María Riot hace unos días en su cuenta de Instagram:
“No hablo mucho sobre mi cuerpo porque prefiero naturalizarlo. No quiero subir una foto donde se van mis cicatrices, estrías, rollos o marcas y hacer una referencia a eso. Prefiero que estén ahí. Que existan. Y que con solo existir hagan algo. Porque que algunas personas existamos y lo naturalicemos, incomoda”.
Es aquí cuando explica las princiaples críticas que recibe en las redes sociales:
“No por nada una de las cosas que más usan para herirme desconocidos -y no tanto- es decirme ‘gorda’. Decir que por no cumplir con ciertas normas no puedo ser trabajadora sexual, mucho menos hacer porno”.
María Riot aparece tal y como es en las imágenes sin hacer referencia a lo que la separa de ese cánon mítico de belleza. En lugar de compararse con un modelo a seguir, simplemente, se presenta al mundo sin señalarse.
La activista, que forma parte de Putas Feministas, el Sindicato de Trabajadoras Sexuales de Argentina AMMAR CTA, seguía así:
“La verdad es que la palabra gorda no me duele. Y eso aprendí justamente de mis amigas gordas, que como las putas, se apropiaron de la palabra para que nunca más sea un insulto”.
El texto, aunque breve, tenía tantas perlas en forma de reflexiones como para hacerse un collar:
“Internet nos hace crear una imagen de las personas que no es y uno que es su propio curador de lo que elige mostrar o no, puede llegar a proyectar en otro cosas que no son. En mi vida las cosas son fluidas, cambian, mutan, mi cuerpo también. A veces es más grande, más chico, paso por etapas donde no me quiero sacar fotos y hasta incluso donde soy más racional, me río de mí misma y hago las cosas igual”.
“No soy militante de la autoaceptación, creo que si algo no nos gusta de nosotros, podemos cambiarlo. Soy militante de ser quienes queramos ser".