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Desacuerdo entre Mercadona y un conglomerado de grandes marcas

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Wikimedia Commons
 

Unas declaraciones en prensa ponen sobre la mesa las diferencias entre el supermercado y algunas firmas de bienes de consumo

Rosa Molinero Trias

15 Mayo 2018 16:55

Mercadona es en España lo que el Walmart en Estados Unidos. Su éxito acelerado y la enorme popularidad de sus productos le han valido una clientela fiel, enamorada de su hummus de bote, de su tomate frito y de su lácteos. Pero, a la vez, se ha granjeado algunos recelos por el camino, entre ellos, las grandes marcas, que denuncian que la empresa de Juan Roig les copie los productos y además los coloque en sitios poco visibles.

Según la versión del conglomerado de grandas marcas de consumo, la estrategia de supermercados como Mercadona es sencilla: ya que tienen que vender productos de grandes marcas con las que compiten, los ubican en zonas menos visibles y no destacan los nuevos productos. Por ejemplo, en el caso de las tabletas de chocolate, Mercadona vende tabletas de su propia marca blanca (Hacendado) y también las de Nestlé.

Por otro lado, las grandes marcas argumentan que esta situación hace que las distribuidoras sean sus clientes y también sus competidores. Tal y como contó Ignacio Larracoechea, presidente de Promarca, la asociación de fabricantes de productos de gran consumo líderes en España, con tal de vender un producto a una distribuidora que entre en competencia uno propio, debe contarle detalles sobre el precio y las innovaciones que van a diferenciarlo en el mercado, lo que se considera información privilegiada. “Si esto se hiciera entre fabricantes, por ejemplo, si Procter le contara esta información a Unilever, sería objeto de una multa por parte de la CNMC [Comisión Nacional de Mercados y la Competencia]”, decía para Voz Pópuli.

Revelar esta información conlleva facilitar la copia del producto, que mediante las marcas blancas consiguen un precio reducido en poco más de medio año. Para Larracoechea, una de las soluciones sería una regulación que prohibiera a las cadenas de distribución ser competidores. “Haría falta una separación de funciones o murallas chinas, con un compromiso donde si se demuestra que ha habido traspaso de información se pueda multar. En otros sectores se vigilan los conflictos de interés, ¿por qué aquí no?”, añadía el presidente de Promarca.

A pesar de que no es el único que recibe quejas (también Lidl y DIA han sido acusados de las mismas prácticas), el caso del supermercado valenciano es especialmente significativo, ya que el 57.3% de su facturación es de productos de marca blanca. Desde 2001, Mercadona ha aumentado hay un 73% más de productos alimentación, cuidado personal y limpieza del hogar de su propia marca. Esto, unido junto a que su cuota de mercado supera ya el 24% (muy por delante de Carrefour, que es el segundo competidor con un 8,7%), convierten a Mercadona en el blanco de todas las críticas.

Según Larracoechea, tanto Mercadona como Lidl y DIA “discriminan las innovaciones a diferencia de Carrefour, Alcampo o El Corte Inglés”, contó en la presentación del estudio anual ‘Radar de Innovación 2017’.

Por esta razón, corporaciones como Procter&Gamble, Unilever, Nestlé o Calidad Pascual han trasladado su preocupación a los ministerios de Agricultura y de Economía e Industria, y se plantean distintas opciones para hacer frente a esta problemática. Una de ellas es una especie de patente que protegería durante un tiempo los productos innovadores de cualquier copia y además añadiría royalties que las cadenas deberían pagar por su distribución.

El mensaje de Promarca choca con la percepción del gobierno de que la copia siempre es positiva, ya que estimula la competencia. Además, la queja se ha trasladado justo en el momento en el que se cumplen dos años de la propuesta del código de buenas prácticas para marcas y cadenas de la ministra de agricultura Isabel García Tejerina, en la línea de la propuesta del comisario de agricultura Phil Hogan para evitar prácticas desleales entre productores y distribuidoras. Su acogida voluntaria ha tenido muy poca aceptación: la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución (ANGED), la Asociación de Cadenas Españolas de Supermercados (ACES) y la Asociación de fabricantes y distribuidores también se niega (Aecoc) se han mostrado contrarias a este acuerdo, así como Ferrero, Mondelez (Oreo, Milka, Chips Ahoy), Coca-Cola, El Pozo, Mahou, Danone, Lactalis (Puleva), Deoleo y la arrocera valenciana Ebro Foods (Arroz SOS, Brillante, La Fallera).

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