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Ayunos prolongados para aprender a comer mejor

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Hablamos con una doctora que estuvo seis días sin comer: “Cuando llevas varios días de ayuno y empiezas a ingerir alimentos progresivamente valoras lo maravilloso y necesario que es comer"

Meritxell Martorell

08 Marzo 2017 06:00

“Todas las culturas practican el ayuno. Existe desde siempre. La Cuaresma o el Ramadán, por citar ejemplos de ayunos muy próximos a nuestra cultura. Si pensamos, todos hemos hecho ayunos impuestos por nuestro propio cuerpo. Cuando enfermamos, por ejemplo, hacemos pequeños ayunos que son saludables porque sirven para depurar, para eliminar las toxinas que ingerimos y que también producimos. Viene a ser más o menos como un reset, un volver a empezar”.

Así entiende el ayuno la doctora Carme Garcia, Licenciada en Medicina y Cirugía por la Universidad Central de Barcelona y especialista en Homeopatía Clásica por la Academia Médico Homeopática de Barcelona.



Gandhi decía que el ayuno es para el alma lo que los ojos para el cuerpo. Desafortunadamente, para la doctora Garcia practicar un ayuno prolongado y personalizado ha adquirido tintes negativos desde el desconocimiento. Para empezar, no significa comulgar con los postulados del respiracionismo, una peligrosa práctica que aboga por la abstinencia de alimentos y agua para vivir del aire y de la luz. “El respiracionismo no es un simple ayuno porque los riesgos son obvios". Han sido varios los casos que han terminado en muerte por parte de algunos practicantes y la doctora manifiesta que “no hay que confundir el ayuno controlado con esta técnica peligrosa y poco racional”.



No hay que confundir el ayuno controlado con el respiracionismo, una técnica peligrosa y poco racional.

Lo que sí ha experimentado en si misma la doctora Garcia es la técnica del ayuno prolongado. Estuvo seis días sin ingerir alimentos. Seguramente es uno de los testimonios más fiables para ejemplificar el debate interno que una profesional de la medicina puede tener entre ciencia y creencia. Como profesional de la medicina, cree que se han de contemplar muchos factores para sanar, que nada funciona igual para todo el mundo y que el ayuno no es aplicable a cualquier persona. Lo considera beneficioso en circunstancias concretas. Ella realizó este ayuno de forma individual, dirigida por un terapeuta y controlándose las analíticas ella misma. Tiene claro que esta técnica, aunque puede ser muy beneficiosa, no está hecha para todo el mundo. “Hay que conocerse bien y estar preparados antes de aventurarnos a dejar de comer”.

El cuerpo necesita nutrirse para vivir, si no enferma y muere. Cualquier persona que ponga en duda esta premisa puede propiciar comportamientos sectarios y aún más restrictivos que los meramente alimentarios. La doctora Garcia ejerce como médico homeopáta desde su graduación en 1981. Le interesa la medicina china, la ayurvédica y la espagírica porque asegua que "la medicina del futuro será la que vaya a la causa de la enfermedad y tenga en cuenta lo físico, lo mental y lo espiritual, y para ello es necesario complementarse con técnicas y terapias muy anteriores a lo que ahora llamamos medicina oficial". El ayuno controlado, asegura, puede ser una de ellas.



Hay que conocerse bien y estar preparados antes de aventurarnos a dejar de comer.



La doctora explica que una mala época personal fue su puerta abierta a querer saber más sobre el ayuno: “Pasaba por una época de estrés y de desarreglos hormonales y pensé que sería interesante hacerlo. Quería probar y saber si esta práctica ancestral podría ayudarme a mí y a otras personas y corroborar que puede ser un buen recurso para restablecer la salud, tanto fisica como mental". Así fue como decidió hacerlo durante seis días. Consistía en no comer alimento sólido, beber agua y zumos, pero no en exceso, pues el orinar mucho hace perder electrolitos. La consigna era clave: el día que el cuerpo te lo pida empieza a comer.

Es consciente que es un tema delicado y que puede generar muchas críticas. Por ello es esencial un control médico riguroso. No vale una revisión médica superficial ni caer en manos de gente irresponsable. Por otro lado, las condiciones climatológicas son importantes a la hora de ayunar, ella lo hizo en primavera “porque es mejor hacerlo en épocas que no haga calor ni frío” y  sobre todo hace hincapié en “restringir el trabajo para poder descansar, pues es imposible e incluso peligroso hacerlo con el ajetreo normal del día a día”. Por ello, si no disponemos de un ambiente relajado, siempre es aconsejable recurrir a centros de ayuno guiado, o directamente no intentarlo.

“Los tres primeros días sin comer son duros porque el organismo elimina acetona, lo que produce nauseas, y dolores de cabeza”. Otras posibles reacciones físicas podrían ser dolores de espalda, cansancio generalizado, nerviosismo o problemas en la piel, aunque luego esos síntomas desaparecen y empiezan a verse los beneficios”.


Los tres primeros días sin comer son duros porque el organismo elimina acetona.



“No se trata sólo de algo depurativo, va más allá porque ayuda a aprender a comer y a priorizar lo saludable ante lo tóxico, y eso a todos los niveles, tanto físico como mental. Cuando llevas varios días de ayuno y empiezas a ingerir alimentos progresivamente valoras lo maravilloso y necesario que es comer. Lo recibes como un regalo de la naturaleza que se te ofrece generosa para que puedas vivir, y, de algún modo te vuelves más selectivo con lo que comes, al igual que con los pensamientos que tienes”. Asegura que el ayuno puede mejorar la claridad mental y la concentración y a nivel emocional puede proporcionar incluso una mayor tranquilidad y bienestar.

A nivel cuantitativo, los datos científicos no engañan: se estima que alrededor del 65% de la energía corporal se destina a los órganos relacionados con la digestión: "Ayunar ayuda a que nuestro organismo descanse de su esfuerzo cotidiano y empiece una labor de autolimpieza”. La doctora está convencida que, de vez en cuando, "hacer ayunos controlados y en situaciones especiales es incluso recomendable, siempre y cuando no se tengan ciertas patologías como diabetes tipo I, hipotensión, anemias, miopatías o haber tenido trastornos alimentarios". En este caso no sólo no es aconsejable sino que es peligroso.

Una de las investigaciones que más ha dado que hablar ha sido la del laboratorio del Dr. Valter Longo en el Longevity Institute de la University of Southern California, donde una dieta que imita el ayuno prolongado, FMD de sus siglás en inglés (Fasting-mimicking diet), mejoró el metabolismo, la función cognitiva y la neurogénesis en el centro de la memoria del cerebro y la vida de varios ratones. Fue el pistoletazo de salida de varias publicaciones en la prensa especializada sobre los regímenes que van desde ayunos con sólo agua durante dos días a la semana (5 días comes, dos descansas) y el ayuno del día alterno (un día comes otro descansas) parecen tener beneficios similares.



No hemos de olvidar que lo normal y saludable es comer equilibrado y cada día.


A la doctora Garcia no le parece lo más adecuado porque "nadie es igual y cada momento de la vida es distinto. No podemos fiarnos de las dietas milagrosas de internet, el ayuno debe ser algo personalizado. No hemos de olvidar que lo normal y saludable es comer equilibrado y cada día; ahora bien, el ayuno controlado y de manera esporádica nos puede ayudar porque sirve de depuración y de replanteamiento vital”.

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