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Harvey e Irma, el matrimonio viral que comparten sus nombres con los huracanes

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Hace 75 años se unieron sin huracanes a la vista. Ahora quieren ayudar a las víctimas, pero no saben cómo hacerlo

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12 Septiembre 2017 13:09

Tras Harvey ha llegado Irma, y no es la primera vez que pasa. Concretamente llevan 75 años cogidos de la mano.

Las dos tormentas consecutivas que en las últimas semanas asolan Estados Unidos y algunos países latinoamericanos tienen su espejo onomástico en un matrimonio de Spokane, en Washington.

Son Havey e Irma Schluter. Él de 104 años. Ella de 93 años. Ambos casados durante tres cuartos de siglo. A lo largo de sus vidas vieron los acontecimientos más importantes del siglo XX, como la primera vez que un aparato con alas osó desafiar la gravedad, durante la Gran Depresión, o la vez en que un treinteañero de Ohio puso el pie en la luna y dijo aquello de “Un pequeño paso…”. Hasta recuerdan el cielo encapotado de la mañana en la que Kennedy fue tiroteado.

Lo que no recuerdan son dos grandes huracanes con sus nombres de pila. No lo recuerdan porque nunca antes había ocurrido y, según comentan a The New York Times, tampoco tienen explicación para ello: “No sé cómo funciona eso”, dijo Irma.

Eso, la nomenclatura de los huracanes, tiene una explicación sencilla. Desde 1979 la Organización Meteorológica Mundial ha alternado nombres de hombres y mujeres para tormentas tropicales nacidas sobre el Atlántico. Se mantienen seis listas con nombres y se utilizan en continua rotación, por lo que los nombres de temporales pequeños volverán a aparecer en las noticias de 2023. Solo los huracanes con víctimas mortales dejan de entrar en la rotación.


Por ejemplo, Harvey fue utilizado por primera vez en 1981 y, desde entonces, otras seis tormentas han sido bautizadas con el mismo nombre. El vendaval que seguía a Harvey cada seis años acostumbraba a llamarse Irene, pero en 2011 el huracán Irene golpeó con fuerza el Caribe y muchas ciudades en la costa este y el nombre fue retirado.

Dada la brutalidad de los Harvey e Irma actuales, probablemente será su última aparición en el calendario de tormentas.

Los Schluters, por el contrario, seguirán al pie del cañón como hace 75 años, cuando Harvey visitó a su hermano en Spokane y se encontró a Irma en la planta de abajo. Él se enamoró pronto, pero ella fue algo más reacia. “Todavía no había acabado la secundaria y quería esperar para casarme. Al final me convenció para hacerlo antes de terminar la formación”, explica Irma a The New York Times.

Los dos se casaron en 1942 y, tras vivir en Maryland, terminaron por establecerse en Washington. Ambos habían crecido en familias grandes, de manera que encontraron en la adopción un camino natural: según confirmó Irma en un reportaje de The Spokesman-Review of Spokane, durante varias décadas habían acogido en su casa a más de 120 niños (muchos de ellos discapacitados físicos o mentales).

Spokane, en la parte oriental de Washington, nunca ve pasar de cerca los huracanes que amenazan a Estados Unidos. Tampoco los Schluters, que durante su largas travesías en caravana visitando a sus hijos adoptivos siempre consiguieron evitar las tormentas más grandes. Las históricas: Hazel en los 50; Carla, Hilda e Inez en los 60; Agnes y David en los 70; Allen, Gilbert y Hugo en los 80; Andrew y Mitch en los 90; Isabel, Ivan, Katrina y Félix en los 2000.

Cuando Harvey e Irma nacieron, la televisión por cable era un proyecto futurista; casi inimaginable. Ahora no se puede vivir sin su infinito flujo de información, en estos días monopolizado por muertes, destrucciones y evacuaciones. “Es muy triste. No tengo ni idea de lo que haría en una situación así, nunca he estado en nada parecido. Creo que intentaría ayudar, pero no sé cómo”, cuenta Irma Schluters.

Es la filosofía de alguien que se ha pasado varias décadas acogiendo a niños desprotegidos en su casa: “Si puedes ayudar a alguien, hazlo”.

(Vía The New York Times)

 


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