Había tenido serpientes toda la vida, hasta que su pitón de 2,4 metros le mató

Dan Brandon tenía 31 años cuando su madre, Babs, lo encontró tirado en el suelo de su casita de Church Crookham, un suburbio de la ciudad de Fleet, en el condado inglés de Hampshire.

Era 25 de agosto. Babs Brandon estaba cocinado la cena cuando escuchó un estruendo en la habitación de su hijo. Al llegar, él estaba tumbado boca abajo en el suelo. Tiny, su pitón de 2,4 metros no estaba en el terrario. Cuando los paramédicos llegaron no pudieron hacer nada por salvarle la vida. Babs no tenía ni idea de cómo podía haber muerto su hijo.

Cuando el doctor Adnar al-Badri realizó la autopsia se encontró que los pulmones de Brandon eran cuatro veces más pesados de lo normal, que había sufrido una hemorragia en el ojo y tenía una costilla rota, todos síntomas de una muerte por asfixia.

Desde los 15 años Dan había tenido serpientes. Ahora en su cuarto tenía un total de 10, y 12 tarántulas. Pero Tiny siempre fue su preferida. “Era su favorita. La amaba”, explicó su madre. “Era más cauteloso con Tiny que con todas las demás. Él decía que era muy fuerte- Había dejado de ponérsela alrededor del cuello porque era muy fuerte e impredecible”.

Ahora el juez de instrucción del noreste de Hampshire, Andrew Bradley, ha determinado que Tiny fue responsable de la muerte de la muerte de Dan, pero de una forma instrumental. Dejó claro que no pensaba que la serpiente hubiese sido agresiva contra su sueño y que lo más probable es que el reptil se hubiese enroscado a su al rededor de forma afectuosa.

Babs, que lleva cuidando de las serpientes desde el fallecimiento de su hijo, sí ha manifestado que en ocasiones la pitón se mostraba agresiva. “Ella se enfadaba y fingía atacarle, él decía ‘Por el amor de Dios, Tiny’. Otras veces me decía, ‘Mamá, tienes que venir a mirar, está siendo muy buena hoy’”.

“No tenemos ninguna duda de que estaba enroscada a su alrededor. Hubo un momento en el que lo ella lo agarró inesperadamente o lo derribó por algún otro mecanismo. Ella entonces escapó, tal vez por la conmoción de su caída o por el impacto de su reacción. Tengo que aceptar que Tiny es instrumental en la muerte de Dan. El se asfixió como resultado de su contacto con Tiny".

La muerte de Dan es un ejemplo más de por qué tener reptiles como capricho es cruel, innecesario e incluso peligroso. La asociación animalista Humane Society se muestra en contra de esta práctica que, además de los daños que implica para los animales, ha dejado al menos 12 muertos en Estados Unidos desde 1990.

Si estás pensando en comprar una serpiente como mascota, antes échale un ojo a este artículo de Peta en el que se resumen los principales motivos por los que esto es una idea terrible, entre los que están la alta mortalidad de estos animales en cautividad y la crueldad normalizada empleada en su cría.

[Vía The Guardian]