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Cosmin Rotariu es un chico tenaz. Con 15 años de edad nadie le impidió acceder a la administración 27 en Barcelona y comprar un décimo de Navidad. No le tocó ninguno de los premios millonarios, pero sus sueños bien valían una segunda oportunidad y con el reintegro compró un nuevo número de la Lotería de Reyes.
Y esta vez la diosa Fortuna le sonrió.
Cosmin ayer era la persona más feliz de la ciudad de Barcelona y nada tenían que ver con los regalos de los Reyes Magos. Su euforia no miraba a Oriente; más bien a la cuenta bancaria. Ante los micrófonos de los medios de comunicación no podía ni quería disimular su hiperactividad desmedida con 200.000 mil euros contantes y sonantes en el bolsillo. El resto de afortunados que acudieron a cobrar el premio quedaron eclipsados con las primeras palabras de Cosmin. Un estallido de sinceridad en toda regla:
"Me quiero comprar un móvil nuevo y esas cosas que hace la gente pija"
Cosmin "on fire"
La genial frase tiene dos partes resumidas en dos deseos. Una se puede comprar con dinero, la otra es más intangible. Es fácil imaginar que cuando habla de un móvil se refería a un smartphone de nueva generación para fardar con sus amigos. Pero lo que ha convertido a este chico en un fenómeno viral es la segunda parte de la frase. "Esas cosas que hace la gente pija" podría ser el título de una canción, pero es lo primero que le vino a la cabeza a un adolescente de 15 años. Es fácil pensar en ropa de marca, su primera moto, videojuegos y mil cosas materiales donde invertir el pastizal.
Pero, ¿puede un menor jugar a la lotería?
La Ley de Regulación del Juego recoge expresamente que está terminantemente prohibido que los menores de 18 años participen en cualquier sorteo de lotería. En ningún caso Cosmin puede cobrar la cuantía de un billete premiado ni tampoco podía adquirir el décimo de lotería porque, al comprobar su edad, deberían haber denegado la venta del boleto.
Cosmin desatado
Si un menor tiene en su poder un décimo de lotería y resulta premiado, será un adulto quien acuda a cobrar el premio en su lugar. Así que Cosmin sin su padre o sin su madre no podrá hacer "las cosas de la gente pija" con las que sueña sin que antes pase por las manos de sus progenitores o tutores. Un contratiempo inesperado que no justifica el intento soez de varios medios de comunicación de desacreditar al menor para que el Estado anule su merecida recompensa.
