El escándalo sobre acoso sexual acabó con el Nobel, o al menos eso es lo que parece. Según ha declarado el secretario provisional de la Academia, Anders Olsson, la posibilidad de posponerlo se está estudiando
No es una exclusiva, sino un secreto que se cuenta a voces: este año podría no haber Premio Nobel de Literatura, y la radio sueca Sveriges lo acaba de contar hace unos minutos en directo. Según sus fuentes, varios miembros de la Academia estarían exigiendo que 2018 fuera un espacio para la reflexión. Peter Englund, que dejó su cargo hace unas semanas, ha dicho que “posponerlo sería lo mejor” ya que otorgaría credibilidad a la institución.
Por su parte, Anders Olsson, secretario provisional, ha anunciado que ese es el tema actual de debate en la Academia, y que pronto podrá anunciar la decisión final.
Olsson, escritor y profesor y miembro de la Academia desde 2008, sustituye a Sara Danius tras su renuncia al cargo hace unas semanas.
Danius era secretaria permanente desde 2015, pero tras las acusaciones de acoso sexual contra Jean-Claude Arnault —presidente del Foro cultural y marido de una de las vocales del consejo de literatura de la Academia— y después de que la prensa más conservadora del país cuestionara su liderazgo, terminó por dimitir.
A ella se le conocía por haber “renovado el Nobel de Literatura” y por haber introducido un carácter arriesgado, feminista y joven a esta institución.
Tras el escándalo de Arnault, ella misma se encargó de impulsar una investigación policial que terminaría por desvelar más irregularidades en el seno de la Academia, entre ellas la filtración de hasta siete galardones por parte del propio Arnault o una supuesta malversación de fondos.
La política sueca y la casa real no han sido ajenas a esta polémica. Hace apenas unos días el rey Carlos Gustavo anunciaba su intención de reformar las leyes internas de una institución que, por otro lado, muchos denunciaban como arcaica. El debate no ha cesado ni en Suecia ni en el resto del mundo. Mientras algunos sectores de la sociedad pedían justicia, sensatez y reconocimiento, otros temían que este año el Nobel de Literatura sufriera las consecuencias y el premio quedara desierto.
Ojalá, como pedía Englund, lo que gane sea la sensatez.