¿Quién es Nanako Sparkle? Hemos echado un vistazo a su maravilloso Instagram para imaginar qué se esconde tras la belleza de su casa de muñecas
"Sábado en casa". Un título simple y perfecto para rubricar la foto que acabas de subir a Instagram: el comedor inundado por la luz blanca de la mañana, que descubre tu desordenada colección de Penguin Classics y el fabuloso cuadro de Lena Cronqvist en el que una madre trata de ahogar a su hijo.
"Todas mis pinturas tratan sobre la muerte", admitió la pintora sueca en una entrevista, y tú sabes bien que el sosiego hogareño es de un cristal muy fino que puede romperse en cualquier momento. Quizá por ello, vas dejando algunas pistas que atentan contra la simetría espiritual de los retablos de it girl que preparas para tus seguidores.
Sillas de diseño, jarrones de cerámica, teléfonos vintage y alfombras mosaico. Escenas de ensueño con hombres maravillosos. El blanco de las paredes, que apenas contrasta con los colores pastel de tu ropa y tus muebles, elimina la profundidad de campo en las imágenes. La existencia parece plegarse sobre dos dimensiones y por momentos llego a pensar que vives en un cuento de hadas.
Pero siempre está allí. Una calavera en la estantería, un ejemplar de Queer, de William Burroughs, o la obsesión por Franz Kafka. Pequeñas aperturas hacia una oscuridad que amenaza con resquebrajar tu perfecta casa de muñecas. Un hogar dolorosamente perfecto que recuerda al paradisíaclo pueblo maderero de Lumberton, esa villa ideal que David Lynch imaginó en Tercipoleo azul pero que pronto descubrimos truculenta y sucia: "it's a strange world".
Incluso la mirada vacía que ensayas cuando te tumbas a leer Una habitación propia, de Virginia Woolf, me hace dudar de si tu casa es un refugio o una jaula. ¿Es deseada esta soledad inexpugnable?
Los libros de Miranda July o Lucía Baskaran tampoco son lecturas inocentes. Partir, el último libro que has leído, podría ser tu propia historia. Marcharte demasiado pronto y sentir que siempre estás en camino. Adentrarte a un mismo tiempo en el sexo y en la depresión. Y todo para descubrir finalmente que "leer compulsivamente no te hace más inteligente, sólo más infeliz".
Pero sigues haciéndolo. Sigues leyendo.
Dijo el poeta Jean Paul que los libros son voluminosas cartas para los amigos, y yo me pregunto por qué has escogido estos amigos; o por qué te han escogido ellos a ti. Me pregunto cómo surgen estas amistades a destiempo y si realmente queremos estas relaciones o simplemente son inevitables.
Me pregunto si es posible abandonarlas. Si cuando el dolor resulta insoportable podemos abandonarlas. Si debemos hacerlo. Y quiero preguntarte si lo has intentado.