Se hace llamar “El Lobo”, y en su canal de YouTube “La intolerancia necesaria” sube vídeos provocando desde el lado fascista de las cosas para demostrar, tal y como ha explicado al medio sueco 'Samhällsnytt', "mostrar lo mal que estas personas se comportan con gente que piensa diferente".
Su última peripecia ha sido la de plantarse en la manifestación antifascista del día 1 de Mayo en Gotemburgo con una camiseta de nuestro Paquito, el generalísimo Francisco Franco. Los asistentes a la manifestación, con pocas ganas de aguantar semejante falta de respeto, sacaron al Lobo de la marcha a golpes.
El youtuber acabó haciendo una visita al hospital, donde recibió seis puntos de sutura en la cabeza.
No es la primera vez que el sueco se planta en una manifestación por los derechos de un colectivo a insultar en la cara a ese colectivo con su actitud. En el Orgullo Gay de 2016 se adentró en la manifestación para llamar a los presentes “enfermos” y llevando una pancarta que decía "El orgullo LGTBI es una amenaza a una sociedad saludable".
Y hace un par de años la policía tuvo que intervenir en una manifestación de izquierdas en la que el hombre acabó siendo agredido tras pasearse con un letrero en el que gritaba “Antes muerto que rojo”.
La justificación del Lobo, que asegura que ni siquiera tiene un posicionamiento político en sí, suena a excusa barata para provocar. Su discurso es un, “Mira como esta gente no me respeta nada cuando estoy promoviendo un discurso que, precisamente, falta al respeto a otros seres humanos”. No cuela, colega.
He de reconocer que al leer el titular automáticamente he pensado que los hechos habrían tenido lugar en España, y he abierto la noticia esperando leer a la policía cargando contra los manifestantes y al gracioso de la camiseta riéndose desde el hospital. Al fin y al cabo, estamos hablando de un país en el que a día de hoy los cuerpos de seguridad del estado protegen homenajes en espacios públicos al dictador.
Pero no, como ya sabemos todo esto sucedió bastante lejos de aquí. En un país a 3.225 km y en el que el enano cabrón nunca hizo de las suyas parece que los ciudadanos tienen más derechos a la hora de enfrentarse a los que defienden a los fascistas que en la tierra donde las cunetas siguen llenas de sus muertos. Españita, qué bien.