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Una rara mutación genética permite a esta tribu bucear durante más tiempo

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La selección natural les ha convertido en los humanos mejor adaptados a estar bajo el agua

A.P.G.

20 Abril 2018 12:40

La población de los bajau de Malasia y Filipinas son capaces de mantenerse más tiempo debajo del agua. Mucho más tiempo que tú y que yo. Esta comunidad lleva miles de años viviendo de forma nómada entre varias islas del sudeste asiático. Y su organismo ya se ha adaptado a su forma de vida.

Esta semana, la revista especializada Cell Press ha demostrado con evidencias científicas algo que que ya se sospechaba, pero que no se había demostrado hasta ahora. Tienen una resistencia mayor porque gracias a una mutación genética han desarrollado un bazo de gran tamaño.

Según el portal Gizmodo, esta población está muy acostumbrada a pasar mucho tiempo debajo del agua. Sus sesiones subacuáticas pueden durar hasta dos minutos seguidos y, al cabo del día, pueden acumular hasta cinco horas sumergidos debajo del agua.

Los bajau, explica el estudio, también son capaces de bucear a 70 metros de profundidad. Se ayudan de unos pesos y se arman con una simple máscara. Los resultados de esta investigación son fruto de la tesis doctoral de la bióloga marina Melissa Llardo, estudiante de doctorado en la Universidad de Copenhague.

Es otro ejemplo más de las diversas y fascinantes adaptaciones que han experimentado los humanos a lo largo de la historia

La investigadora planteó la siguiente hipótesis, según La Vanguardia:Sabía que las focas tienen el bazo grande y que, cuando se sumergen, el bazo se contrae y expulsa los glóbulos rojos que tiene almacenados, lo que proporciona al animal una reserva adicional de oxígeno”, explica.

El estudio confirma que, al igual que en el caso de las focas, los bajau también han desarrollado este bazo de gran tamaño. Son, incluso, más grandes que los de sus vecinos de poblaciones cercanas.

Esta adaptación genética es otro ejemplo más de las diversas y fascinantes adaptaciones que han experimentado los humanos a lo largo de la historia. La población inuit, por ejemplo, presenta características morfológicas especiales para evitar la pérdida de calor como la nariz estrecha y pequeña (que calienta el aire), además de grasa subzigomática (mofletes) y circumorbitaria (párpados).

Por su parte, los bosquimanos son los humanos mejor adaptados a la vida en el desierto. Su color es amarillo-ocre: ni muy blanco para protegerse de la radiación solar ni muy oscuro para no retener calor. Además, presentan el pelo rizado, ya que este disminuye la velocidad de evaporación del sudor y les refresca.

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