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Opinion Lo que el regalo de la nacionalidad al héroe de Francia dice sobre Europa Now

Lo que el regalo de la nacionalidad al héroe de Francia dice sobre Europa

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Reuters
 

Lo que el regalo de la nacionalidad al héroe de Francia dice sobre Europa

El hombre que salvó la vida a un niño en París nos ha hecho recuperar la fe en la humanidad y perderla en las políticas migratorias de Occidente

En nuestra retina sigue clavada la imagen de Mamoudou Gassama subiendo un edificio de cinco pisos para rescatar a un niño colgado de un balcón. El vídeo dura apenas treinta segundos, suficientes para recuperar la fe en la humanidad, para bautizar a Gassama como héroe. Suficientes para hacerle subir en la escala social de los ciudadanos franceses a la categoría de un igual.

Gassama, del que lo primero que supimos era que es de Mali y no tenía papeles en Francia, fue recibido en menos de 24 horas por el presidente francés Emmanuel Macron con toda la pompa y fastuosidad dorada del Elíseo. Macron le llamó héroe. Le dio una medalla por su valentía y le dijo que le otorgaba la nacionalidad francesa de inmediato y un trabajo en el cuerpo de bomberos de París. “La naturalización francesa se basa en el deseo y el compromiso y el Sr. Gassama ha demostrado que tiene claramente ese deseo”, escribió posteriormente Macron sobre su encuentro con el héroe.

El gesto de regalarle a Gassama la posibilidad de ser parte de la sociedad francesa contrasta radicalmente con la política hacia los inmigrantes tanto de Francia como del resto de Europa. Como el propio Macron le dijo a Gassama, “No podemos simplemente entregarle documentos a todos los que vienen de Mali, de Burkina”. Es decir, Gassama, no podemos entregarle los papeles a todos los que son como tú. A no ser, claro, que salven a un niño francés.


Resulta que antes de ser grabado escalando por un edificio de París, el hombre de apenas 22 años emigró de su Mali natal para recorrerse toda Burkina Faso, Níger y Libia, lugar del mayor tráfico de personas de todo el Mediterráneo, donde acabó cogiendo una barca con otras decenas de inmigrantes para cruzar el mar hacia Italia y llegar el pasado septiembre a Francia donde ya vivía su padre. Un acto excepcional, el de arriesgar tu vida, aunque solo heroico si se comete para salvar a un niño, no para salvarte a ti mismo de unas condiciones de vida sin prosperidad ni futuro.


Avec M. GASSAMA qui a sauvé samedi la vie d’un enfant en escaladant 4 étages à mains nues. Je lui ai annoncé qu’en reconnaissance de cet acte héroïque il allait être régularisé dans les plus brefs délais, et que la brigade des sapeurs-pompiers de Paris était prête à l’accueillir. Je l’ai également invité à déposer une demande de naturalisation. Car la France est une volonté, et M. GASSAMA a démontré avec engagement qu’il l’avait ! - With Mr Gassama who saved a child’s life on Saturday by climbing 4 floors with his bare hands. I told him that in recognition of his heroic act he would have his papers in order as quickly as possible and that the Paris fire brigade would be keen to welcome him to their ranks. I also invited him to submit a naturalization request because France is built on desire and Mr Gassama’s commitment clearly showed that he has that desire!

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Sin papeles, Gassama entró en la clase más baja de la sociedad europea, los inmigrantes ilegales, los excluidos del espacio público. A los inmigrantes sin papeles no les suelen dar la nacionalidad de un día para otro. Necesitan conseguir un trabajo para poder presentarse a legalizar su situación, vivir una cantidad de años establecida por la ley de Extranjería, pedir la naturalización y esperar a que el Estado se la conceda. Las políticas migratorias europeas acaban estableciendo hasta cuatro clases de personas: los inmigrantes ilegales, los inmigrantes legales, los inmigrantes comunitarios de otros países europeos, los ciudadanos nacionales de ese país. La ciudadanía se relaciona entonces con la nacionalidad, la nacionalidad casi siempre se relaciona con la sangre o con el sacrificio de intentar durante décadas integrarte en una sociedad que te considera de fuera.


Si el policía que tomó declaración a Gassama por salvar al niño se lo llega a encontrar en el metro, es probable que le hubiera pedido los papeles y le habría acabado deportando. Y a nadie le habría importado que arriesgara su vida en Mali, Burkina Faso, Libia o el Mediterráneo.


Ganar la aceptación de un país de destino se convierte para el inmigrante en una tarea que debe desempeñar durante toda la vida. La máxima de “trabaja duro y lo conseguirás seguro” se convierte en trabaja duro, intégrate bonito, pórtate bien, no seas detenido, pasa el examen, y varias décadas después conseguirás que el país en el que vives te acepte como persona.


El mensaje que envía Macron con el regalo de la nacionalidad a Gassama es doble: la ciudadanía en Europa es un premio que pocas veces toca y nuestras políticas están construidas de tal manera que solo te puede tocar si haces algo tan grandioso que un francés probablemente no haría.

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