Los "güevedoces" son fruto de una extraña condición genética, todos son niñas cuando nacen hasta que la pubertad empieza a cambiarles de sexo
Algunas niñas de la pequeña región de Salinas (República Dominicana) son niñas hasta que se demuestra lo contrario. Claro que lo contrario se demuestra a los 12 años y en forma de genital masculino.
Una rara condición genética, bastante común en esta zona, provoca que a algunas personas nacidas sin organos sexuales masculinos, les crezcan penes cuando alcanzan la pubertad. Muchas veces son tratadas como niñas hasta que son adolescentes.
Este extraordinario fenómeno es rarísimo, pero no es algo nuevo: ya en la década de los 70, la investigadora Julianne Imperato-McGinley llegó a la isla atraída por la cantidad de casos similares reportados.
La investigadora descubrió, al parecer, la razón por la que sucede todo esto. Algunos de los bebés nacidos tienen una deficiencia de una enzima conocida como 5-alfa reductasa. Normalmente estas enzimas son las encargadas de convertir la testosterona en dihydrotestosterona, lo que acaba convirtiendo el tubérculo en pene.
Al parecer, algunos de los bebés nacidos tienen una deficiencia de una enzima conocida como 5-alfa reductasa
Este déficit, sin embargo, se compensa durante la pubertad, cuando el organismo recibe otro chute de testosterona. Aquí sí parece que el cuerpo responde y, entonces, donde había unos labios y un clítoris nacen los testículos y el pene.
Los Güevedoces vía Cultura Colectiva
Los "güevedoces"
Estos casos de hermafroditismo son tan comunes en Salinas que, incluso, ya han acuñado un término para estas personas: los güevedoces, esto es, personas que nacen con lo que en apariencia son órganos sexuales femeninoa y a quienes les crece el pene a los doce años.
Algunos testimonios recabados en el documental de la serie de BBC Countdown to Life explican cómo viven este proceso algunas personas a quienes, de repente, se les empezaron a “ensanchar los hombros, los músculos” hasta que finalmente vieron como sus genitales se transformaron por completo.
Según los investigadores, los órganos de estos hombres parecen funcionar y muchos de ellos viven sus vidas como hombres sin presentar ninguna incidencia.
Pero cada caso es distinto: para algunos supone un trauma y acaban pasando por quirófano para recuperar su vulva. Otros, en cambio, se sienten a gusto con su nuevo sexo e incluso aseguran que es algo que se veía venir.
"Nunca me gustó vestirme como una niña y cuando me traían juguetes para niñas nunca los utilizaba. Cuando veía a un grupo de niños, me paraba para jugar a la pelota con ellos”, relata Johnny, un testimonio entrevistado por la BBC.
Johnny también denuncia como fue insultado y vejado por sus compañeros. “Me llamaban diablo, cosas feas, palabras sucias y no tenía otra opción que pelear con ellos”, denuncian. Incluso aunque el fenómeno parece extendido en esta pequeña localidad, en muchos casos no está exento de la burla y la violencia.
Pese a que en Salinas (República Dominicana) parece haber una mayor prevalencia de estos casos, también se han registrado otros "güevedoces" en Turquía y Nueva Guinea.