El acoso sexual en el transporte público no deja de crecer en todo el mundo. Manosear es el delito más frecuente, pero existen otros como el ‘upskirting’ o ver pornografía en público
El acoso sexual en el transporte público es el riego de seguridad número uno al que se enfrentan niñas y mujeres jóvenes de todo el mundo. Un estudio reciente señala que este tipo de casos se han disparado un 42% en el metro de Londres en los últimos cuatro años. Pero lamentablemente, este problema afecta al transporte público de todo el mundo, desde los autobuses de Hanoi hasta el metro de Nueva York.
“Los trenes llenos de gente permiten a los delincuentes evadir la detección ya que pueden afirmar que fue accidental. Es posible que las mujeres no sepan quién las agredió, particularmente durante las horas punta, y pueden no reaccionar porque están atrapadas o se sienten avergonzadas”, explica a The Guardian Mandy McGregor, jefe de policía y seguridad comunitaria de Transport for London. “Manosear o tocar es el delito más frecuente que se informa, pero también estamos viendo delitos relativamente nuevos como subir la falda o ver pornografía en público”.
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Para hacer frente al aumento de casos de abuso sexual, las autoridades y las empresas de transporte están recurriendo a apps y tecnologías de información colaborativas. El servicio de transporte de Londres ha lanzado una iniciativa llamada Report It to Stop It, que alienta a las personas a denunciar esta clase de delitos por mensaje de texto. Del mismo modo, la aplicación OnDuty del metro de Vancouver permite a los pasajeros enviar mensajes a la policía y a los oficiales de transporte, así como ofrecerles informes sobre los puntos más críticos. En 2017, el metro de Los Ángeles también lanzó la campaña Off-Limits, una línea directa 24 horas con asesores capacitados para denunciar el acoso sexual.
En los casos de SafetiPin del sur de Asia, HarassMap de India o el proyecto internacional Everyday Sexism se ha utilizado una técnica de mapeo para que las mujeres puedan geolocalizar los espacios en los que se sienten protegidas, incómodas o inseguras. De este modo, sus sugerencias pueden ayudar a mejorar la planificación urbana y del transporte público.
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A esos esfuerzos hay que sumar los de organizaciones como Hollaback!, creada en 2005 en respuesta a una foto de un hombre que se masturbaba frente a una mujer en el metro de Nueva York. Lo que comenzó como un blog donde abuchear a los acosadores callejeros, ha acabado en un movimiento global presente en 20 ciudades de 16 países del mundo.
“Si realmente queremos lograr la paridad de género en nuestros entornos urbanos, tenemos que empezar a cambiar la cultura de las industrias de diseño y planificación para asegurar así que los servicios de transporte adopten enfoques sensibles al género que reflejen las necesidades de las mujeres que los usan”, explica a The Guardian Anne-Birgitte Albrectsen, directora ejecutiva de la ONG Plan International.
¿Qué ciudad es la más peligrosa?
Un informe de 2018 de Plan International encontró que el transporte público de Lima es el más peligroso para las mujeres, mientras que el de Estocolmo resultó ser el más seguro.
Otro de los casos más graves es el de Hanoi, donde el 40% de las niñas aseguran que rara vez o nunca se sienten seguras en el transporte público de la ciudad.
Para evitar esta clase de abusos, Ciudad de México, Tokio, Delhi y Río de Janeiro ofrecen espacios exclusivamente para mujeres. En la India también existen trenes completos reservados para ellas desde que la violación en grupo y el asesinato de Jyoti Singh, de 23 años, en un autobús en movimiento, sacudió el mundo en 2012.
Malasia también dispone de autobuses y trenes de color rosa brillante solo para mujeres, aunque suelen ir vacíos. En Yakarta, los vehículos solo para mujeres se introdujeron por primera vez en 2012, pero se desecharon siete meses después por la falta de uso. Sin embargo, fueron resucitados a principios de este año durante las horas punta.
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Lamentablemente, estas medidas no ayudan a resolver el problema. "¿Por qué necesitamos vagones separados? ¿Por qué los hombres no pueden dejar de tocarnos? La segregación también margina a las personas con identidades de género fluidas o no conformes”, aseguran desde la organización Hollaback!
"Ya sea en Londres o en Lima, no solo se trata de prevención, se trata de educación”, afirma Andrea Simon, directora de asuntos públicos de End Violence Against Women, en declaraciones a The Guardian. "Necesitamos un cambio social más amplio sobre cómo interactúan los hombres y las mujeres, enseñar a los jóvenes que este comportamiento no es aceptable. Por eso estamos presionando para que los gobiernos incluyan la violencia contra mujeres y niñas en las clases de relaciones sexuales en las escuelas”.