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Opinion Dejad de llamarnos pobres con palabras en inglés Now

Dejad de llamarnos pobres con palabras en inglés

Opinión

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Espacio guay de \'coworking\' / GETTY
 

Dejad de llamarnos pobres con palabras en inglés

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Co-living, sinkies, FIRES... La pobreza no es cool. La especulación no es cool. Una reflexión sobre la perversión del lenguaje neoliberal

En un grupo de amigos de WhatsApp alguien comparte con incomodidad un artículo de La Vanguardia que dice que ahora existen los FIRE. Está en la sección de "Tendencias". En el titular aparecen dos bebés viejos con fajos de billetes y traje y corbata. Dice el título que ahora lo más es ser FIRE: “Vivir frugalmente para ser libre financieramente”. Jubilarse joven y vivir mejor. Yo quiero vivir frugalmente y ser libre financieramente. Yo quiero eso. Me lo repito no sea que se cumpla. Esos bebés vanidosos me asustan tanto como unos enanos de jardín. Solo puedo proyectarlos como futuros políticos o CEOs de alguna empresa. Empresarios con cargos en inglés. La app que lo cambia todo. Una idea loca. Un visionario. Una mente despierta. Unos cracks. Cualquier día esos bebés van y te dicen: “Si hubiera que contratar a repartidores, no existiríamos” como el fundador de Uber Eats. Él prefiere mantener a sus trabajadores como falsos autónomos.

La Vanguardia

Esos bebés apelarán a su derecho a vivir frugalmente para ser libres financiariamente. Eso de la frugalidad. Si ya. Steve Jobs también vivía frugalmente porque no se cambiaba de ropa. A Zuckerberg, pensar en el vestuario le parecía una frivolidad. Todas las morning routines de las personas ricas son muy mundanas: mindfulness, yoga, ayunar para pensar.

Dice el artículo que para ser FIRE no hace falta necesariamente vivir de rentas y un miembro del grupo de WhatsApp contesta que jajajaja. “Si eres un mileurista toda la vida, evidentemente es muy complicado ahorrar”, recalca una fuente del texto. Prácticamente todo el grupo abandonamos en este momento la idea de convertirnos en FIRE. Las directrices que marca el artículo para ser FIRE son muy claras: ahorrar e invertir. Invertir en el negocio inmobiliario, en el mercado bursátil, fondos indexados o crear un negocio en línea. Sigue estos sencillos pasos, y dejarás de ser pobre. Subtitulado: hazte empresario, propietario, especula, explota. Contribuye, si quieres, a la hipermercantilización del mercado, especialmente, del negocio inmobiliario, y dejarás de ser pobre. En el libro En Defensa de la Vivienda se apunta a la hipermercantilización y financiarización como uno de los grandes males de nuestro siglo. Se piensa en la vivienda como un artículo de consumo, del que se pueden extraer grandes beneficios, y no como un derecho básico.

Los FIRE viven tan frugalmente que seguramente no pagan alquiler porque no lo necesitan. Quizás heredaron propiedades, o directamente son dueños de propiedades verticales. Para el resto del personas, sobre todo para los millennials, el pago de una vivienda en alquiler, en Barcelona, representa la mitad de nuestro sueldo. Vivir solos no se “estila” como le gusta describirlo a algunos periódicos, así que compartimos con desconocidos, amigos o nos vamos a vivir en pareja, a veces más por lo práctico que por lo romántico.

El otro día, El Mundo, en otro artículo de pobreza glamurizada, afirmaba que estos pisos compartidos de treintañeros en los que vivimos se engloban, en realidad, dentro de un nuevo fenómeno. El co-living. Dice el artículo que es una versión mejorada de residencia de estudiantes. Dice que el eje de este espacio compartido es Work, live and enjoy. Dice que hay espacio de trabajo compartido de trabajo y se mezclan personas con intereses afines. No dice que es la máxima expresión de la precariedad porque seis adultos en edad de trabajar no pueden emanciparse definitivamente y tienen que vivir como si tuvieran 18.

O que el futuro del co-living, en realidad, es vivir en el propio espacio trabajo. Favorecer un espacio “inspirador” para desarrollar ideas y proyectos, o sea, acabar durmiendo con tus compañeros de trabajo y pagarte tu internet y ordenador porque tampoco dispones de oficina.

Work. Live. Enjoy. O el trabajo te hará libre. Ese también era el lema de Auschwitz.

Tampoco se habla sobre que el 76% de los jóvenes de entre 25 y 35 años ahorra de media 155 euros. Y que el resto no puede ahorrar nada.

Hay muchas palabras que utiliza el liberalismo para maquillar la realidad y luego los medios los reproducen como voceros como si fuera lo más natural: Sinkies (parejas que, aunque quieran, no pueden tener hijos porque no tienen dinero), Treinteenagers (“¿Treintañeros o adolescentes? Sin casa, sin hijos, pero con humor”); Trabacaciones (no desconectar en vacaciones y atender a la llamada de tu jefe); o “9 trucos para no encender la calefacción en invierno”.

No se estila, sin embargo, hablar del derecho a una vivienda digna y asequible; o que un piso colmena no es una alternativa válida habitacional; no se habla del derecho a un trabajo bien remunerado; del derecho al descanso pagado; o que pasar frío en casa, o no encender los fogones para cocinar por falta de recursos, no es normal y que existen derechos energéticos.

Generar conciencia pasa por asumir y comprender la realidad en la que vivimos sin eufemismos. Generar conciencia pasa por explicar los fenómenos actuales remontándose a las causas. Apuntando arriba y no abajo. Mientras tanto, en el grupo de WhatsApp otro miembro ha cambiado de tema para actualizarnos sobre su mudanza. Una de tantas de las que se producirán estos meses en las que a muchas y muchos nos vence el contrato después de tres años. Ya no con ser FIRE, nos conformamos con encontrar algo pagable en la ciudad de España con los precios más inflados.

Nuestros lemas son otros:

— ¿Cuánto pagarás? ¿Cuánto cobras?

— ¿Te renovaron?

— Ánimo con la búsqueda 💪🏠💔💸⛓

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