El 27 de agosto, mientras el mundo todavía velaba a las 15 víctimas mortales del atentado de Barcelona, 57 personas morían en Yemen a causa de un bombardeo. El avión de guerra, enviado por el gobierno de Arabia Saudí, lanzó varias bombas en Saná, la capital del país. En uno de los edificios vivía la pequeña Bouthania junto a sus padres y sus cinco hermanos, todos menores de 10 años.
Bouthania tuvo suerte. Fue la única superviviente. Fueron pocos los medios de comunicación que se hicieron eco de la noticia.
Ahora, la imagen de la pequeña, se ha convertido en un símbolo de denuncia y miles de civiles esperan que la comunidad internacional responda.
Bouthania lleva ingresada en el hospital desde que la rescataron de los escombros. Ahora está bajo la tutela de sus tíos. Todavía nadie se ha atrevido a contarle que su familia está muerta. "Tiene pesadillas todas las noches. No sabemos si es por el dolor que está sufriendo o porque recuerda las imágenes del bombardeo", explica su tía a un periodista de AJ+.
Un fotoperiodista local ha fotografiada a la pequeña desde que fue rescatada y sigue documentando su proceso de recuperación. Tiene el cráneo facturado y la cara llena de moretones. Hace unos días en una de sus charlas con la pequeña, el fotoperiodista captó una imagen que, sin saberlo, iba a convertirse en un símbolo del país.
Bouthania, ayudada de sus pequeños dedos, intentó abrir un ojo para ver la cara del periodista. Ese gesto ha sido imitado por miles de personas en las redes sociales. "Bouthania, el ojo de la humanidad"; "Yo soy Bouthania" o "Abre los ojos a la masacre de Yemen", son frases que han aparecido junto a su foto.
Unicef ha calificado el conflicto como una de las peores crisis humanitarias de la historia. La ONU estima en 5.000 las víctimas civiles. Fuentes locales aseguran que el número se eleva a 7.000.
Una guerra donde los niños se llevan la peor parte. El 50% no sobrevivie a enfermedades que tendrían fácil tratamiento como diarrea o cólera. Familias enteras sufren destrunición y se ven abocadas a enfrentar un conflicto civil con dos protagonitas de fondo. Irán, que apoya a los hutíes, y Arabia Saudía, que respalda al gobierno de Yemen.
Como en todas las guerras, el conflicto político acaba afectando a los civiles mientras la comunidad internacional mira hacia otro lado. Estados Unidos y España han sido dos de los países que mayor número de armas han vendido a Arabia Saudí y pretenden seguir haciéndolo.