La muerte de un joven mapuche a manos de la policía sacude Chile

Como si nunca hubiera habido nada allí, Argentina y Chile, en la segunda mitad del siglo XIX, emprendieron un proceso de apropiación de tierras que llamaron “Conquista del Desierto” y “Pacificación de la Araucanía”. Se plantaba así la semilla del violento conflicto mapuche, el pueblo que habitaba el sur y centro de la zona desde el siglo IV. Este miércoles, la sangre se volvió a verter: el mapuche Camilo Catrillanca, nieto de un jefe mapuche, moría durante un procedimiento policial.

A Catrillanca le arrebató la vida una bala disparada por el Comando Jungla, un equipo de Carabineros entrenados en Colombia que el gobierno de Sebastián Piñera apostó en la región para llevar a cabo funciones de vigilancia y control de la violencia.

El fallecido, tractorista de profesión, se hallaba conduciendo su tractor cerca de la comunidad mapuche de Temucuicui cuando los Carabineros llegaron al lugar, persiguiendo a unos supuestos ladrones de coches que habrían cometido un robo el miércoles por la tarde, con el rostro cubierto, a cuatro profesoras acompañadas de dos menores en Pidima. Según el acto policial, fueron intimidadas con armas de fuego y puñales y se hicieron con tres coches, en los que huyeron.

La persecución finalizó en Temucuicui, donde ladrones y Carabineros se habrían enfrentado, tal y como narra la versión oficial. Una de las balas que se dispararon contra los delincuentes alcanzaría a Catrillanca, por el que se convocaron varias protestas que fueron dispersadas por las autoridades.

Sin embargo, tras el historial de violencia policial del estado de Chile contra el pueblo mapuche, la versión de los Carabineros se ha puesto en duda. Según el portavoz de la comunidad autónoma de Temucuicui, Jorge Huenchullán, “la policía lo asesinó al interior de la comunidad y de ahí lo llevaron al consultorio, pero ya no pudieron hacer nada. Lo asesinaron, así de simple”, dijo para una radio local. La policía habría entrado “disparando ráfagas de bala” y haciéndolo “a mansalva”.

El Acuerdo Nacional por el Desarrollo y la Paz en La Araucanía, anunciado el septiembre pasado por la administración de Piñera, queda en entredicho con la muerte de Catrillanca, que se suma a la sentencias emitidas en octubre por la que los a mapuche José Tracal Coche y Luis Tracal Quidel quedan condenados a 18 años de cárcel, y José Peralino Huinca a 5 de condicional, acusados de asesinar al matrimonio de propietarios Luchsinger-Mackay, en lo que ya se conoce como uno de los grandes casos de discriminación del poder judicial chileno hacia el pueblo mapuche.

Los planes del Acuerdo son nobles: quieren tomarse medidas para reducir la pobreza en la región, que con un 17,2% es la más afectada de todo el país, que se sitúa en el 8,6% de promedio. Por otro lado, hay una voluntad expresa de reconocer a los pueblos indígenas en la Constitución. Pero, ¿cómo hacerlo efectivamente si la propia policía los discrimina?