Homófobo, misógeno y defensor de la dictadura: los planes de Jair Bolsonaro para ser el nuevo presidente brasileño
El candidato ultraderechista a la presidencia de Brasil, Jair Bolsonaro, ha sido apuñalado en el abdomen en mitad de un acto electoral, justo cuando le llevaban a hombros. Las heridas han afectado el hígado, un pulmón y el intestino del líder del Partido Social Liberal, apodado "el Le Pen tropical" o "el Trump de Brasil" por sus ideas conservadoras y su bravuconería.
Aunque tuvo que ser intervenido quirúrgicamente a causa de la hemorragia, está fuera de peligro.
La Policía Militarizada de Minas detuvo al agresor, Adelio Bispo de Oliveira, de 40 años, quien dijo a los agentes que "lo hizo por orden de Dios".
Bolsonaro es un ex paracaidista de 63 años que defiende la dictadura a capa y espada. De hecho, cuando votó a favor de la destitución de la ex presidenta Dilma Rousseff, antigua líder del Partido de los Trabajadores y brutalmente torturada durante la dictadura, dedicó su decisión al coronel Carlos Alberto Brilhante Ustra, uno de los torturadores más reconocidos del régimen militar.
Entre las propuestas del favorito para ganar las próximas elecciones presidenciales, según los sondeos de la primera vuelta, destacan: dejar el control de las escuelas públicas a los militares y armar a los ciudadanos de a pie.
El establishment político brasileño despreció durante años a Bolsonaro y ahora está empeñado en cargarselo desde la provocación racista, homófoba y misógina.
Lleva en el Parlamento desde principios de los 90 con un perfil bajo, aunque siempre que ha podido ha atacado a sus rivales políticos. Sobre una legisladora del Partido de los Trabajadores dijo en una entrevista que "era tan fea que ni siquiera merecía ser violada".
También cargo con gusto contra los homosexuales, asegurando que preferiría tener un hijo muerto que gay.
Bolsonaro ha aprovechado que la derecha brasileña está hecha un solar a causa de los casos de corrupción para hacerse un hueco desde la ofensa y le ha funcionado, ya que las encuestas le otorgan el 20% de intención de voto y subiendo.
El próximo presidente brasileño puede ser un hombre que piensa premiar a los policías por cada delincuente detenido, torturar a estos últimos y volver a imponer la pena de muerte. Está en contra del aborto y defiende los valores tradicionales de la familia, aunque ya se ha casado 3 veces. Sus tres hijos también son políticos millonarios gracias a sus sueldos como como diputados.
Para ganar las elecciones cuenta con el apoyo del sector agrícola, el lobby de las armas, las instituciones religiosas y el frente de diputados BBB, formado por el Frente Parlamentario Agropecuario -Buey-, el Frente Parlamentario Evangélico -Biblia- y el Frente Parlamentario de Seguridad Pública -Bala-.
Habrá que esperar hasta dónde llega, pero de momento ya cuenta con el respaldo de buena parte del Congreso.
