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Artículo Los ganadores del Nobel de la Paz piden el fin de la violencia sexual como arma de guerra Now

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Los ganadores del Nobel de la Paz piden el fin de la violencia sexual como arma de guerra

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La activista yazidí Nadia Murad y el cirujano congoleño Denis Mukwege reclaman en dos potentes discursos que la comunidad internacional actúe contra las violaciones de mujeres en conflictos armados

silvia laboreo

11 Diciembre 2018 16:33

El fin de la impunidad en el uso de la violencia sexual como herramienta de guerra. Eso es lo que han reclamado los ganadores del premio Nobel de la Paz, la activista yazidí Nadia Murad y el cirujano congoleño Denis Mukwege durante sus discursos en la recogida del galardón en el Ayuntamiento de Oslo.

Ambos han sido premiados por su compromiso a la hora de visibilizar y combatir las violencias que atraviesan a las mujeres en los conflictos. Él, por ayudar a las mujeres que han sufrido violaciones en el Congo y ella por sobrevivir a su condición de esclava del ISIS y su lucha posterior contra la esclavitud sexual y el tráfico de personas.

“Muchas gracias por este honor, pero el hecho es que el único premio en el mundo que puede restaurar nuestra dignidad es la justicia y el enjuiciamiento de los delincuentes. No existe un premio que pueda compensar a nuestra gente y nuestros seres queridos que fueron asesinados únicamente porque eran yazidís”, reclamaba Nadia Murad en su discurso de agradecimiento.

“La situación de los yazidís en las prisiones de ISIS no ha cambiado. No han podido abandonar los campos, nada de lo que ISIS destruyó ha sido reconstruido. Hasta ahora, los autores de los crímenes que llevaron a este genocidio no han sido llevados ante la justicia”, clamaba la activista.“No busco más simpatía; quiero traducir esos sentimientos en acciones sobre el terreno”, exigía.

Nadia Murad conoce de primera mano la situación que denunciaba el lunes sobre el escenario de la entrega de premios Nobel en Noruega. Hace cuatro años, ISIS la secuestró junto a su madre y sus hermanos. Con 21 años el grupo terrorista la separó de su familia y la convirtió en esclava sexual. Tras 3 meses retenida en contra de su voluntad consiguió escapar y se refugió en Alemania. Desde entonces, la activista denuncia el genocidio del pueblo Yazidí tras la invasión de ISIS en 2014. “Trataron de obligarnos a negar nuestra religión porque no nos consideran creyentes. Mataron a los hombres, esclavizaron a las mujeres y secuestraron a los niños con el objetivo de convertirlos en terroristas", denunciaba la activista en un discurso en 2016 tras recoger un premio en la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa.

Ayer, 2 años después de ese discurso, Murad pedía a la comunidad internacional ayuda y asistencia para las víctimas de este genocidio. “Si queremos que los yazidís abandonen los campamentos de desplazados, vuelvan a sus áreas y darles confianza nuevamente, la comunidad internacional debería brindarles protección internacional bajo la supervisión de las Naciones Unidas", pedía. “El único premio que restaurará una vida normal entre nuestra gente y nuestros amigos es la justicia y la protección para el resto de esta comunidad".

El discurso del otro galardonado con el premio Nobel de la Paz, Denis Mukwege, recordó el conflicto del Congo (1998-2003) en el que la violencia sexual contra las mujeres fue una constante y pidió a la comunidad internacional que tomara medidas al respecto."El premio Nobel de la Paz que se nos otorga hoy solo será valioso si conduce a cambios concretos en las vidas de las víctimas de violencia sexual en todo el mundo y al restablecimiento de la paz en nuestros países”, reclamó el cirujano.”Nos incumbe a todos actuar en esta dirección. Tomar medidas es una opción. Es una opción si detenemos o no la violencia contra las mujeres, creamos o no una masculinidad positiva que promueva la igualdad de género. en tiempos de paz y en tiempos de guerra. Es una opción si apoyar o no a una mujer, protegerla o no, defender o no defender sus derechos, luchar o no de su lado en países asolados por conflictos. Es una opción si construir o no la paz en los países en conflicto. Tomar medidas significa decir "no" a la indiferencia. Si hay una guerra que librar, es la guerra contra la indiferencia que está afectando a nuestras sociedades”, explicó el ginecólogo.

Es una opción si detenemos o no la violencia contra las mujeres, creamos o no una masculinidad positiva que promueva la igualdad de género. en tiempos de paz y en tiempos de guerra

Denis Mukwege también pidió a los estados que dibujen una línea roja contra el uso de la violación como arma de guerra y que impongan sanciones económicas y políticas a los líderes de los países donde se practiquen.

Este ginecólogo congoleño lleva años ayudando a mujeres que sufrieron abusos sexuales en su país y denunciando la guerra contra el cuerpo de las mujeres que se libra en la República Democrática del Congo. Mukwege se especializó en ginecología y obstetricia en Francia y volvió a su país en 1989 para trabajar en el servicio de ginecología del hospital de Lemera, centro que quedó en ruinas tras la primera guerra del Congo en el 96. Tres años más tarde, en 1999, abrió el hospital de Panzi que empezó como centro para partos y acabó convirtiéndose en una clínica de tratamiento para las violaciones masivas cometidas durante la segunda guerra del Congo. Desde entonces, Mukwege trabaja practicando cirugías a decenas de mujeres y batallando para resaltar la dura situación que atraviesan aquellas que son víctimas de la violación como arma de guerra.

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