Los investigadores dicen que las moscas macho privadas de sexo corren más riesgo de caer en el alcohol
Las moscas de la fruta macho gozan eyaculando. Como los seres humanos, las moscas disfrutan ese placer. Pero hay más. Las Drosophila, nombre científico de estos insectos, eran más propensas a caer en el alcohol cuando tenían menos sexo.
¿Existe una biología de la adicción? Esa es la pregunta que ha dejado la investigación de la Universidad de Bar-Illan (Israel).
La importancia de este estudio se asienta en que han desentrañado qué les producía placer a las moscas de todo el proceso de apareamiento.
¿Eran las acciones que hacían los machos durante el cortejo? ¿Las feromonas de las moscas hembra? ¿O acaso la liberación del esperma?
Para averiguarlo, los investigadores se valieron de herramientas optogenéticas que controlan las neuronas con una luz de longitud de onda roja.
El equipo apuntó a las neuronas ligadas a la producción de una sustancia química llamada corazonina (CRZ). Esas neuronas controlan el ganglio abdominal encargado de la secreción de esperma. Las neuronas CRZ, al no participar en la eyaculación femenina, limitó los resultados al caso de los machos.
Los investigadores acomodaron un espacio con luz roja y otro oscuro. Las moscas optan por la roja que encendía las neuronas que controlaban la liberación de esperma. Después, en otra prueba, se entrenó a las moscas para asociar la luz roja con un olor en particular. Al presentarles diferentes olores, una vez más preferían el vinculado con eyacular.
La parte en que las moscas faltas de sexo caían en el alcohol vino luego. Al darles opciones con o sin alcohol, las que habían eyaculado tendían a elegir las sin. Las que estaban privadas, optaban por la bebida con.
"El apareamiento exitoso es naturalmente gratificante para las moscas macho y aumenta los niveles de un pequeño péptido en el cerebro llamado neuropéptido F", dijo el Dr. Shohat-Ophir, uno de los autores junto a la investigadora Shir Zer-Krispil.
Así, las moscas que tenían el cerebro repleto de neuropéptido tras eyacular elegían menos el alcohol que las que no habían tenido ese placer.
Como el sistema de recompensas del cerebro comparte similitudes en todos los animales, ahora se podría estudiar la conexión entre la experiencia de eyacular y los mecanismos que subyacen al riesgo de desarrollan una adicción a las drogas. Pero esto todavía es incertidumbre.