Arrojarse por la ventana, tirarse al tráfico o entrar en casas de extraños son algunos de los efectos que causa el MDPV
Una nueva droga está sembrando el pánico en West Midlands, Inglaterra. La llaman ‘polvo de mono’ y las autoridades de la ciudad de Stoke-on-Trent, donde ha tenido un éxito inesperado, avisan de que la situación podría convertirse en un verdadero problema de salud pública. A día de hoy, el condado de Staffordshire recibe unas 10 llamadas por el consumo de esta droga y en los tres últimos meses ya han registrado 950 accidentes relacionados. Según medios australianos, la droga también habría llegado a este país en las últimas semanas y en EEUU ha sido descrita como una "droga caníbal".
Y no es de extrañar. Los efectos del polvo de mono, que puede tragarse, esnifarse o inhalarse, cuyo compuesto activo es la sintética metilenodioxipirovalerona (MDPV), provoca ataques psicóticos en los consumidores, que se arrojan al vacío desde edificios y se precipitan en mitad del tráfico, fruto de las alucinaciones y la inhibición del dolor.
“Con frecuencia vemos la paranoia: ejemplos de personas que saltan al tráfico, se suben a puentes y edificios altos, se meten en casas ajenas. En cuestión de drogas, esto es lo peor que hemos visto. No sólo por el consumo de la droga en sí, sino por el hecho de que pone en riesgo la seguridad de los demás”, relataba Jeff Moore, jefe de la policía de Staffordshire, para la BBC.
A pesar de que todavía no ha muerto nadie por haber consumido la droga, las autoridades afirman que es cuestión de tiempo que ocurra alguna desgracia. El bajo precio de la droga (a unos 2,16 euros la bolsa), el hecho de ser muy adictiva y sus efectos prolongados e imprevisibles, que pueden durar días, son un cóctel fatal que preocupa a la policía, que se encuentra con consumidores extremadamente nerviosos y agitados a los que cuesta reducir.
“Me sentí raro. Cuando la tomé por primera vez, sentí que caminaba como un zombie. No es inteligente consumirla”, contó Charlie, un estudiante de 18 años que ha probado la droga en repetidas ocasiones, pero sin ganas de volver a probarla.
Su rápida propagación, según el comandante Simon Bray, que lidera el Consejo sobre drogas de la Policía Nacional, se debe las redes sociales, donde las noticias vuelan a la velocidad del virus. “No hay un plan determinado, pero cuando alguien ha probado el polvo de mono y empieza a contar sus virtudes o a venderlo localmente, los traficantes responden a esto”, dijo Bray para The Guardian.
