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Tres jueces ratifican su condena de prisión y la aumentan a 12 años de cárcel. ¿Significa eso la muerte política del que fuera la gran esperanza de Brasil?
25 Enero 2018 13:59
Lula da Silva está cada vez más lejos de volver a la presidencia. Este miércoles, el Tribunal Regional Federal de Porto Alegre no solo ha ratificado la condena de cárcel del que fuera el presidente más querido de Brasil, sino que la ha aumentado de 9 a 12 años. El golpe ha sido duro.
El expresidente fue condenado en primera instancia por el juez Sergio Mora por formar parte del caso “Lava Jato”, directamente relacionado con la mayor trama corrupta de Brasil vinculada a Petrobras. A Lula se le acusaba de corrupción y lavado de dinero por haber aceptado sobornos de la constructora OAS. Los tres jueces del tribunal de apelaciones al que se enfrentó el expresidente este miércoles, han ratificado la condena elevándola 3 años más.
El punto tubio del juicio es que no existen pruebas reales que vinculen a Lula con el supuesto delito que ha cometido. Se acusa al expresidente de haber aceptado y reformado un apartamento de tres pisos por valor de 1,1 millones de dólares en Sao Paulo a cambio de contratos públicos. El apartamento fue regalado a Lula por la constructora OAS, implicada en “Lava Jato” pero la defensa de Lula sostiene que ni él ni su familia llegaron nunca a ocupar el apartamento. De hecho, no existe ningún documento que pruebe que Lula o alguien de su familia sea el propietario.
A pesar de la ausencia de pruebas, los tres jueces coincidieron unánimemente que Lula era culpable. Su principal argumento fue “la convicción nacida del conjunto de indicios presentado”, es decir, las confesiones de dos altos ejecutivos de OAS, uno de ellos Leo Pinheiro, que vinculan a Lula al apartamento solo de palabra a pesar de que 73 testigos dicen lo contrario. Curioso es también el hecho de que mientras a Lula se le elevó la condena, la de estos dos informantes fue reducida por su colaboración, como informa Página 12.
No, de momento. A pesar de la condena, Lula tiene derecho a seguir presentándose como candidato por el Partido de los Trabajadores, que gobernó en Brasil 13 años primero con sus dos mandatos y luego con el de Dilma Rousseff, a no ser que se inicie un proceso de impugnación de la candidatura basada en la Ley Ficha Limpia. Para ello haría falta también una impugnación del Tribunal Superior Electoral.
Según declaraciones de sus abogados, el plan de momento es que Lula continúe con sus actos de campaña y se inscriba a candidato en agosto para las elecciones de octubre. En estos momentos, el expresidente lidera también todas las encuestas presidenciales por lo que estaría muy pocos centímetros de volver a gobernar a pesar de que la condena ratificada es sin duda un gran escollo en su camino.
De entrada, todo el proceso apelatorio ha provocado tanto muestras de apoyo como de condena por parte de la ciudadanía. Ayer se celebraron manifestaciones multitudinarias en Porto Alegre en nombre de su defensa que tras conocer la condena mutaron a un movimiento de repulsa.
Evo Morales, presidente boliviano, aseguró en su cuenta de Twitter que Lula había sido “víctima de una conspiración” de “la derecha” que pretendía inhabilitar la candidatura del pueblo. El propio Lula declaró tras el juicio que el condenado no era él sino “el pueblo brasileño”.
Por la verdad y la democracia que es fuerza viva de los pueblos, apoyamos a nuestro Hno Lula da Silva, víctima de una conspiración por haber liberado de la pobreza 30 millones de brasileños. Por miedo de perder en las urnas, la derecha pretende inhabilitar candidatura del pueblo. pic.twitter.com/6gyR0Yr6Gq
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) 24 de enero de 2018
Sin embargo, los primeros en alegrarse de su condena no fueron otros que los mercados. La bolsa brasileña se disparó en un 3,3% y la diferencia del real al dólar se rebajó en un 1,35%.
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