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Artículo Los hombres evitan ahora a las mujeres en la oficina a consecuencia del #MeToo Now

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Los hombres evitan ahora a las mujeres en la oficina a consecuencia del #MeToo

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Y las grandes perjudicadas son ellas, una vez más

PlayGround

03 Septiembre 2019 20:59

Más allá de provocar un terremoto en Hollywood, la eclosión del movimiento #MeToo ha traído consecuencias en ámbitos mucho más cercanos para la mayoría de la población. Y aunque en primer lugar podía parecer que las mujeres iban a salir beneficiadas, esto no está tan claro.

Uno de los lugares dónde se ha registrado un cambio más notable en las dinámicas entre hombres y mujeres ha sido en las oficinas. Y no precisamente en favor de las mujeres.

Un nuevo estudio de la Universidad de Houston ha descubierto que los hombres son significativamente más reacios a interactuar con sus colegas femeninas desde la irrupción del #MeToo. Entre los hallazgos, destacan datos como que el 27% de los hombres evita reuniones en solitario con sus compañeras, que el 21% afirma que sería reticente a contratar a una mujer para un trabajo que requiriera de un interacción cercana -como podrían ser viajes de negocios-, y que el 19% sería reacio a contratar una mujer físicamente atractiva.

Los datos se recogieron a principios de 2019 de trabajadores de una variedad de industrias, y demuestran que la situación ha ido a peor.

Un año antes, cuando el #MeToo estaba en su punto álgido, los investigadores habían hecho las mismas preguntas -a gente distinta, eso sí- y los resultaron no fueron tan pronunciados. En 2018, por ejemplo, el porcentaje de hombres reacios a contratar a una mujer para un puesto que requiriera una relación cercana era del 15% y no el 21%.

La investigación de 2018 también mostró que no solo los hombres temen a las mujeres, ya que más de un 10% mujeres admitió estar menos dispuesta que antes a contratar mujeres atractivas.

No se trata del único estudio que arroja este tipo de datos. El pasado mes de mayo, un sondeo publicada por LeanIn.org, el grupo por la defensa de las mujeres fundado por la ejecutiva de Facebook Sheryl Sandberg, encontró que un 60% de los gerentes masculinos afirma estar incómodo trabajando cara y cara y socializando con mujeres en el trabajo. Esto supone un notable aumento respecto al año pasado, cuando el porcentaje era del 46%.

Los motivos por los que los hombres prefieren cada vez más evitar a las mujeres no están del todo claros. Pero un 36% de los hombres encuestados afirmó que evitaba socializar con una mujer por cómo podrían interpretarlo otras personas. De la misma manera, es posible que muchos hombres hayan desarrollado una mayor consciencia de que sus acciones podrían incomodar a sus colegas femeninas.

— Vídeo relacionado —

Lo que sí parece claro es que esto no se debe a que los hombres estén confundidos acerca de qué supone una conducta inapropiada. Lo primero que hicieron los investigadores de la Universidad de Houston fue presentar 19 tipos de comportamientos (mandar bromas sexuales a un subordinado por correo electrónico, por ejemplo) y hacer que los participantes las clasificaran en función de si eran acoso o no. Pues bien, a grandes rasgos, ambos sexos estaban de acuerdo acerca de qué implica acoso y qué no.

“La idea de que los hombres no saben que su comportamiento es malo y que las mujeres están haciendo una montaña de un grano de arena es en gran medida falsa. En todo caso, las mujeres son más benévolas para definir el acoso”, ha dicho Leanne Atwater, una de las autoras del estudio, a Harvard Business Review.

Pero, entonces, ¿por qué hay tantos hombres asustados de relacionarse con mujeres?

Una posible respuesta es la que apunta Arwa Mahdawi en The Guardian. La columnista argumenta que, quizá, los hombres no están asustados, sino que simplemente están enfadados por que el #MeToo haya ocurrido. En este sentido, su reacción sería una pataleta al hecho de haberse visto obligados a revisar su comportamiento y sus privilegios. El no interactuar con mujeres sería su manera de castigarlas.

Doblemente perjudicadas

La palabra 'castigo' es, en este caso, especialmente pertinente. Y es que las mujeres son las principales perjudicadas de este cambio de actitud por parte de los hombres.

La realidad es que los hombres siguen ocupando la mayoría de puestos de poder y liderazgo. Esto les convierte en responsables de, entre otras cosas, ejercer de mentores de trabajadores en rangos inferiores que consideren que tengan potencial para escalar en la empresa. A menudo, ejercer esta mentoría implica actividades sociales como cenas de negocio o tomar una copa en un bar. Ahora, muchos hombres con puestos ejecutivos estarían rechazando compartir este tipo de situaciones con mujeres al considerar que podrían dar pie a mal entendidos. La consecuencia, claro, es que mujeres ambiciosas están perdiendo oportunidades profesionales.

En lugares como Wall Street, esta situación es especialmente dramática. “Las mujeres están buscando ideas sobre cómo lidiar con esto, porque está afectando nuestras carreras. Es una pérdida real”, declaró Karen Elinski, vicepresidenta de Wells Fargo & Co, a Bloomberg. Ante estos agravios, si las empresas no toman medidas para corregirlo, podrían acabar teniendo problemas legales. “Si los hombres evitan trabajar o viajar con mujeres solas, o dejan de asesorar a las mujeres por temor a ser acusados de acoso sexual, esos hombres van a evitar una queja por acoso sexual, pero podrían enfrentarse a una por discriminación sexual”, explicó un abogado al mismo medio.

Rachel Thomas, presidenta de LeanIn.org, ha explicado al Huffington Post cuál sería su solución: si no quieres cenar solo con mujeres, tampoco cenes solo con hombres. Trata a hombres y mujeres por igual en tu forma de socializar. “Mi verdadero mensaje es: supéralo”, dijo Thomas. “Sabes qué es el comportamiento respetuoso. Si por alguna razón aún eres reticente, no lo uses como excusa. Hay maneras fáciles de darles a las mujeres el mismo acceso y apoyo”.

Cualquier otra cosa implica volver a convertir las víctimas en culpables.

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