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Artículo Ni ultras rusos ni cosas del fútbol: lo que estamos viendo es un NO a los nazis en la calle Sports

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Ni ultras rusos ni cosas del fútbol: lo que estamos viendo es un NO a los nazis en la calle

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Cientos de personas sientan un extraordinario precedente: manifestaciones de rechazo ante la llegada de fascistas a tu ciudad con la excusa del fútbol

Ignacio Pato

22 Febrero 2018 11:53

Un colegio cercano a San Mamés ha recomendado a sus padres que no lleven a sus hijos al centro hoy. Por la tarde, además, suspenderán actividades extraescolares. La Asociación de Hostelería de Bizkaia han aconsejado que en los bares aledaños no haya hoy ni botellines, ni vasos de cristal ni que dispongan sus terrazas. La Ertzaintza desplegará 400 agentes, el doble que en cualquier otro partido de alto riesgo.

El clima que se vive en Bilbao en torno al Athletic-Spartak de Moscú evoca más o menos claramente el poso dejado por los incidentes el día del partido contra el Olympique de Marsella, en marzo de 2016, cuando hubo incidentes provocados por aficionados franceses. No es el único partido de Europa League en la capital vizcaína en el que ha habido altercados, pasó con la visita del Anderlecht, la del PSG e incluso un dispositivo policial en teoría organizado por una pelea tras el partido contra el Schalke 04 le costó la vida al aficionado de 28 años Iñigo Cabacas por una balazo de goma en la cabeza. Precisamente el material con el que según El Correo están entrenando algunos agentes para esta noche.

En corto: ningún operativo de la policía autonómica vasca ha evitado violencia en citas como la de hoy y, es más, uno de ellos acabó con un muerto.

La visita del equipo ruso se puede enfocar desde esa óptica, el de la seguridad pública. También desde la historia y la sociología. Como cuenta aquí Carles Viñas, hinchas del Spartak de Moscú protagonizaron, en 1987, un momento decisivo en el hooliganismo en la URSS. Una pelea contra aficionados del Dinamo en el centro de Kiev generó un movimiento de imitación y de intensificación de los desplazamientos a otras ciudades. El Spartak como club, si tratamos de situarlo sin demasiados matices en un contexto de décadas, nació ligado a la industria cárnica y con raíces en movimientos paneslávicos no comunistas y trató de mantener una precaria independencia con respecto al gobierno, siendo lo más parecido al gran club disidente que hubo en la URSS. En unas gradas de Europa del Este carcomidas desde hace décadas por la extrema derecha la del Spartak se organiza en torno a los nombres de Gladiators Firm 96 o Fratria. Se ha anunciado la llegada de unos dos mil aficionados en total, de entre los cuales hay miembros de esos colectivos. Algunos medios han redescubierto ahora sus entrenamientos casi militares en artes marciales y su desapego a la caricaturizada imagen del hooligan borracho y gordo. También sus conexiones con lustrosos despachos como el del Ministerio del Deporte ruso. De ello -y del lema vsem pizdets, que os follen a todos- te hablamos aquí.

Sin embargo, el punto de vista más interesante sobre lo-de-los-rusos-en-Bilbao es también el más constructivo. El de la movilización colectiva antifascista. Cientos de personas salieron ayer a las calles de Bilbao -convocados por colectivos de hinchas como Herri Norte Taldea, Piratak o la Peña Marcelo Bielsa, y también plataformas como Sare Antifaxista-. Los únicos incidentes que ha habido hasta ahora se deben al momento en que un aficionado del Spartak se ha acercado desafiante a la cabecera de la manifestación y, especialmente, la agresión que los rusos protagonizaron contra un local de hinchas del Alavés en Gasteiz hace dos días, con el saldo de un herido.

Hoy también está convocada una concentración a las 19:00 -dos horas antes del partido- para manifestar alto y claro que no hay sitio para los nazis en la ciudad.

Y, de paso, para dejar claro que el fútbol no es excusa ni es tiempo para eufemismos.

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