Esta es la entrevista más tierna de Leo Messi. Fue la primera, con 13 años. El niño en quien hoy 40 millones de argentinos han depositado todas sus esperanzas
Apenas tenía 13 años. Hoy la primera entrevista a Leo Messi publicada, el 3 de septiembre del año 2000, aparece como una reliquia no solo por ser la primera, sino porque en ella vemos al Leo niño que poco después iría al Barcelona. Recuerda la anécdota la reeditada biografía Messi, de Guillem Balagué en Cúpula.
Fue en el suplemento Pasión Rojinegra del diario La Capital de Rosario, su ciudad natal. Su club de pequeño, Newell's Old Boys, era el vehículo de la publicación. Newell's, también conocido como Ñuls o los leprosos.
De ahí el titular.
Un leprosito que se las trae.
Aquí estaba el primer texto conocido que le definía como jugador de fútbol. "Lionel Messi es jugador de la décima división y el enganche del equipo. Como chico, no sólo es una de las promesas de la cantera leprosa, sino que tiene un futuro enorme porque, a pesar de su estatura, él se las arregla para pasar a uno, dos, gambetear, hacer goles pero, por sobre todas las cosas, se divierte con la redonda y hoy se presenta en sociedad".
Un futuro enorme a pesar de su estatura. Era un resumen bueno pero corto, claro. Poco después, -y con méritos disputados sobre quién le descubrió realmente entre Josep Maria Minguella y Carles Rexach- entraría en La Masía blaugrana, debutaría con el primer equipo del Barça y... el resto es historia.
A su lado, el típico test que durante años era habitual hacerle a los futbolistas (las redes sociales y la sobreprotección de los clubes cambiaron eso).
¿Un ídolo? Dos, su padre Jorge y su padrino Claudio. De jugadores favoritos, también se quedaba con la familia: su hermano y su primo.
Un equipo: Newell´s. Claro. Le gustaban el cuarteto y la cumbia.
Su revista favorita era justo la que le estaba haciendo la entrevista. Un libro, la Biblia. Una película, El peque se va de marcha (en España; Cuidado, bebé anda suelto en Argentina).
De comer, ojalá que haya pollo con salsa.
Su objetivo, acabar la secundaria. De ahí, quizá estudiar para profesor de educación física.
Una meta: Llegar a Primera. Una ilusión: Jugar en el primer equipo de Newell´s. Un sueño: jugar en la selección.
No olvidaba la primera vez que su abuela le llevó a jugar al fútbol.
No quiso nombrar a sus amigos para no olvidarse de ninguno. Y Newell's volvía a ser, en sus propias palabras, lo máximo.
En ese niño, hoy a tres días de cumplir 31 años, estarán puestas todas las miradas y esperanzas de 40 millones de argentinos. Una messidependiente albiceleste se lo juega todo en el Mundial.
