El pobre animal malvivía sin poder cerrar la boca y arrastrando su lengua por el suelo
Cuando un grupo de monjes birmanos se encontró a este oso negro asiático tirado en el suelo, rápidamente decidieron llamar a un veterinario local para que tratara de salvarlo.
El joven oso, de menos de dos años, llamado Nyan htoo, había sido separado de su madre. Los traficantes de animales se la llevaron para venderla en China, donde estos animales son asesinados para utilizar su vesícula biliar en la medicina tradicional.
La lengua de Nyan era extremadamente grande, impidiéndole cerrar la boca y caminar con normalidad. Al ver lo extraordinario del caso, el veterinario (que había estudiado en Reino Unido) se puso en contacto con Heather Bacon, de la Real Escuela de Estudios Veterinarios de la Universidad de Edimburgo.
Bacon, acompañada de un grupo de especialistas, viajó lo antes posible al monasterio de rescate en el que estaban acogiendo al animal. Un centro en el área rural de Birmania, a unas cuatro horas de Yangon.
“He trabajado con osos durante más de 10 años y nunca he visto nada igual”, dijo Bacon. “Es bastante sorprendente”.
VER MÁS: Capturan en vídeo el escalofriante momento en el que un oso ataca a un cazador
Por la edad del oso, los veterinarios consideran que su malformación probablemente debió haber sido causada bien por un problema genético, o bien por elefantiasis, una infección parasitaria nunca antes detectada en animales.
Pero el motivo que había producido la condición de Nyan era una preocupación secundaria. Lo principal era qué hacer para poder mejorar su calidad de vida, y la única alternativa era extraer su lengua por completo.
VER MÁS: Un hombre de 61 años se lía a puñetazos con un oso y acaba solo con rasguños
“Tuvimos muchas discusiones y debates porque se trata de una operación complicada y que no es reversible, pero sentimos que en términos de su calidad de vida era la mejor forma de darle una vida lo más normal posible”, explicó Bacon.
“Tener que llevar a cuestas 3 kilos de lengua no es normal y eso muchísimo peso para su mandíbula y su cabeza. Además, como la ha ido arrastrando por el suelo, desde el punto de vista de higiene es bastante desagradable, nunca podía cerrar la boca. Ahora debería ser capaz de cerrar la boca y manipular comida”, continuó.
“Es probable que pase por un periodo de aprendizaje y adaptación porque obviamente esto es algo que nunca ha experimentado”.
[Vía The Guardian]