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Artículo Este chico se gastó 200.000 dólares, ¡en solo una noche! Aprende de su error Studio

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Este chico se gastó 200.000 dólares, ¡en solo una noche! Aprende de su error

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04 Noviembre 2019 12:24

Un nuevo mes, una nueva historia. ¿Serás capaz de encontrar al mentiroso de Verti este mes? Ya sabes que quieren a los mejores cazadores de mentiras. ¿Serás tú? ¡Ponte a prueba y gana su concurso!

El reportaje que tenía que escribir no era el más interesante, ni las personas a las que tenía que entrevistar las más interesantes, ni siquiera la sección en la que iba a salir el texto era la más interesante. Pero era la becaria de un periódico de tirada nacional durante el verano. Y la canícula siempre es sinónimo de sequía.

Tiró la libreta en el suelo frío de parquet frente a la ventana para huir de ese calor pegajoso, que no te deja dormir en las noches de verano. Se sentó de cara a la oscuridad, mientras las luces de la ciudad le devolvían la mirada, y pulsó el play de su grabadora. Quería escribir un buen reportaje sobre la vida de los recepcionistas de hotel. Un reportaje interesante y con carnaza. Fue directamente al chico que le contó una historieta sobre un argentino y la escala que tuvo que hacer en Kuwait durante un viaje al sudeste asiático con su pareja.

La grabadora le devolvió una voz metálica, alejada de todo lo real que la envolvía.

“ Pues sí, soy asturiano y me fui a Kuwait por amor, que no duró, pero como tenía un curro sencillo como recepcionista en un hotel, pues mira. Me quedé. Y cosas muy raras, escatológicas que no sé si contarte, pero la mejor. LA MEJOR, me pasó con un argentino.

Estaba haciendo una escala en Kuwait de camino a Israel, creo que era. Uno de estos viajes de pulserita en los que te tumbas en una playa y te la trae floja el conocer el país. Vacaciones de placer le llaman algunos. Yo es que soy más de irme de moch(...)i”

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Con los ojos en blanco y la boca torcida por el rechazo que le causaba la pedantería, el dedo de la reportera buscó el avance rápido y fue parando hasta llegar hasta la chicha.

“(...)uando llegaron a la recepción y les pedí los pasaportes. Vi que eran argentinos y cambié al español. Bueno, les cambió la cara.

Eran Matías y María, supermajos, hablaban muchísimo y venían con un brillo en los ojos, como de que eran unas vacaciones superespeciales. Hasta demasiado. Se quedaban una noche, y se pusieron a pedir. Pero pedir como si no hubiese un mañana.

Te aclaro, trabajo en uno de los hoteles más caros de Kuwait. Por contratos de confidencialidad, no puedo(...)”

Alejandra se levantó del suelo, mientras pausaba la grabación y se dirigió a la cocina. Dejó la grabadora en la encimera de la cocina y abrió la nevera buscando algo que comer, más por gula que necesidad. Su búsqueda fue frustrada por un bulto que vio moverse por el rabillo del ojo, seguido del sonido de un objeto estampándose contra el suelo. Se dio la vuelta lentamente y, cruzando los brazos regaño a su gato.

Taki, ¡otra vez subiéndote a la encimera! Baja de ahí, que me tienes hasta el moño. Dijo la chica, agarrando al gato y bajándolo de la encimera entre maullidos de disgusto.

Recogió la grabadora y se puso a escuchar de nuevo la estimulante historia del recepcionista asturiano. “(...) hablar de precios, pero vamos, que empezaron a contratar servicios. Que si comida al servicio de habitaciones, los mejores vinos, masajes a cuatro manos, que “oye, dónde puedo salir de fiesta cerca”. Les recomendé el bar del hotel y la rooftop. Y total, que pidieron un pedazo de desayuno continental, un cocktail antes de irse. Vamos, que estuvieron toda la noche a todo tren.

Pero como siempre llega la hora de pagar. 2.800 dólares. Ahí a tocateja. Bueno, y el otro “alucinao”. Porque claro, ellos veía los precios en dinares. Y resulta que el dinar está carísimo y se habían gastado 15 dinares y estaban, bueno nadando en la abundancia. La cara de María, la novia, era un poema(...)”

Pausó la grabadora, se tumbó en el sofá, acariciando a su gata. Levantándola sobre la cabeza acercó su nariz al hocico de ella

Taki, ojalá ser un gato. No te tienes que preocupar por el cambio, por ser becaria ni por tener que entrevistar al inútil de tu ex para que te cuente historias de recepcionistas.

Puso a Taki sobre su estómago, y acariciándolo se quedó dormida”.

¿Verti o falso?, échale un ojo a la historia de Matías, ¡contada en primera persona para descubrir si a alguien se le puede escapar un fallito como este!


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