6 artistas del Sónar que encarnan la conquista femenina de las cabinas de DJ

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Durante demasiado tiempo ver a una mujer en la cabina de DJ fue la excepción. Afortunadamente, este desequilibrio es cada vez más cosa del pasado. Todavía estamos lejos de la paridad, pero los lineups de clubes y festivales están cada vez más copados de artistas femeninas.

Desde ciertas perspectivas, puede que esto se entienda como producto de una moda. En el caso del Sónar, se ha tratado de un proceso natural que siempre ha respondido a un único criterio: el valor artístico.

La edición de este año no es una excepción. Las artistas femeninas que están en el cartel no están ahí para seguir ninguna corriente ni alcanzar una cuota. Están ahí porque todas tienen algo que decir.

En otras palabras: estas seis artistas encarnan todo lo bueno de la conquista femenina de las cabinas.

Amelie Lens

En solo tres años, Amelie Lens ha pasado de ser una desconocida a un fenómeno mundial. Un ascenso fulgurante que, sin embargo, no tiene nada de casual. Se enamoró del techno en un festival de su Bélgica natal cuando tenía 15 años y durante una década compaginó su carrera como modelo con un aprendizaje obsesivo del arte de mezclar y producir música. Puede que su conquista del mundo haya sido veloz. Pero llevaba media vida preparándose para ello.

HAAi

La australiana Teneil Throssell todavía tocaba en una banda de rock cuando una noche en Berghain cambió su vida. Desde ese momento decidió conectar su gusto por las sonoridades exóticas y psicodélicas con la música hecha con máquinas y, en poco tiempo, se había convertido en una de las DJs favoritas del underground londinense. ¿Su secreto? Encontrar el equilibrio perfecto entre rarezas e himnos para conectar con el público más sibarita sin caer en la soberbia del DJ coleccionista que da la espalda a la pista.

Maya Jane Coles

Como en muchos otros campos, las mujeres que pinchan y producen sufren un escrutinio mucho mayor que sus homólogos masculinas. “Solo vende imagen, seguro que la música se la hacen” es una frase recurrente. Pues bien, cualquiera que se tome la molestia de consultar los créditos del trabajo de Maya Jane Coles verá que ella suele escribir, producir, mezclar y diseñar el artwork de todos sus discos. Y, sí, lo hace todo rematadamente bien.

Saoirse

Que un DJ logre labrarse un nombre sin necesidad de producir música es algo así como un sello de garantía. Significa que lo ha logrado exclusivamente con su habilidad a los platos. Claro que ello, además de talento y dedicación, requiere paciencia. Saoirse llevaba quince años coleccionando discos cuando finalmente se decidió a convertirse a pinchar. Un recorrido que, inevitablemente, se filtra en cada uno de sus sets perfectamente ejecutados.

Tutu

Si algo caracteriza las sesiones de Tutu es el riesgo. Y es que mientras hay DJs obsesionados con la pulcritud técnica o incapaces de escapar de los cánones, ella prefiere hacerlo saltar todo por los aires. Esto no significa que sus sesiones no tengan orden ni concierto, sino todo lo contrario. Precisamente, una de sus grandes obsesiones es la idea de narrativa. Que cada idea, cada detalle, forme parte de un concepto más amplio. Que todo esté enfocado a alcanzar un destino concreto. Y, que a la vez, lo importante siempre sea el viaje.

Ylia

El DJ local es imprescindible en la propagación de la cultura electrónica. Por mucho que los nombres internacionales se acaben llevando los focos, son los selectores locales los que ayudan a construir escenas y se convierten en referentes para nuevas generaciones. Ylia es una de estas figuras. Creció en Alicante, se afianzó como DJ en Sevilla y desde hace unos años se ha convertido en un figura imprescindible de la escena barcelonesa.