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Artículo Esto es lo que nunca podrás vivir en un macro festival Jim Beam

Jim Beam

Esto es lo que nunca podrás vivir en un macro festival

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Si crees que los festivales ya son más 'mainstream' que comer pollo, cambia el chip y acude a salas de conciertos. El ciclo MadTown Days by Jim Beam podría ser un muy buen comienzo.

Joaquín Prior

20 Septiembre 2018 09:50

Barcelona, 5 de julio de hace dos años. Tengo a los Arcade Fire a dos metros cuando comienzan a tocar ‘Intervention’. Entonces decido ir al baño y, de paso, hacer una paradita en la barra. Llego a tiempo para corear el final y tocar con la punta de los dedos a la hipnótica Régine.

Ida y vuelta en 2: 10 min. ¿Dónde está el truco? Llámalo sala de conciertos.

Ya no era el privilegio de ver a un mastodonte en un recinto de apenas 700 m2 (sí, la Razz) ni de tener el baño a mano. En plena época de macrofestivales, me reencontré con el formato que consumen quienes priorizan lo musical. Un music-without-bullshit donde lo único que importa es la comunión con la banda y su música.

Ojo, que la idea no es rajar de los festivales a estas alturas. A bote pronto, visibilizan la escena musical y nos permiten conocer artistas que no descubriríamos por nuestra cuenta. La cuestión es, ¿son los festis la mejor manera de consumir música? Desde luego, no.

No nos engañemos, en un festival hay más distracciones que pupilas dilatadas y al final todo se reduce a hacer el monguer con los colegas mientras suena de fondo algún grupo random que, si es conocido, mejor.

Una encuesta realizada por la revista NME concluía que menos de la mitad de los asistentes a festivales lo hace por motivos musicales. No es el caso de los conciertos en salas, donde la gente va a lo que va.

En este sentido, el ciclo MadTown Days by Jim Beam vuelve en su sexta edición con 13 bandas nacionales e internacionales -unas más emergentes, otras más inexploradas- y con una misión clara: reconciliarnos con los conciertos de aforo reducido y reivindicar la sala como hábitat natural de la música en vivo. Los motivos son evidentes:

Atmósfera más íntima.

Porque no es lo mismo seguir el concierto desde una pantalla gigante que mirar directamente a los ojos al cantante e incluso sentir cómo respira. La intimidad y la cercanía es lo que le da calidad a los conciertos de formato-no-gigantescos.

Sonido garantizado.

Si bien es cierto que hay festivales en los que el sonido es bueno, en una sala es mucho más difícil que falle, ya que la propia acústica del espacio se encargará de sonorizar a la banda. Imagina un fallo eléctrico en ambos casos: lo que en sala pasaría a ser un unplugged improvisado, en un festi solo habría drama.

Más fans y menos ‘gentuza’ (dícese de quienes van a un concierto a cascar porque la música se la resbala).

Esto se traduce en un mayor esmero por parte de las bandas, pues antes llevarán su propia producción y escenografía a una sala que a un festival.

Setlist de 2 folios.

Un setlist en festival será más corto que en un concierto propio de sala. Eso es así a no ser que seas Robert Smith y estés en disposición de exigir a la organización tres horas y media de concierto. ¿Imaginas un concierto con 3 bises en un festival? Yo no.

Cero solapamientos.

Olvídate de las planificaciones y de tener que renunciar a ver bandas por las que también has pagado. En el MadTown Days el único solapamiento que verás es el del Jim Beam con el Ginger Ale en la barra (pídase 'Jim Beam Ginger').

Inquietudes culturales y/o artísticas.

Pagar por ver una banda concreta en una sala pequeña conlleva una intención cultural manifiesta. Pagar para ir a un festival esconde otro tipo de inquietudes, vicios y ‘postureos' sociales.

Y porque los festivales comienzan a ser más 'mainstream' que caminar, lo cual no tiene por qué ser ni bueno ni malo... aunque evidentemente esto chirría con la idea de ‘indie’ (el 80% de los festivales en España portan esta etiqueta).

Para disfrutar a pleno rendimiento de una banda que te gusta o descubrir por tu cuenta a un nuevo grupo, las salas de conciertos son tu espacio y MadTown Days by Jim Beam la opción más inminente.

El ciclo comienza su sexta edición el próximo 4 de octubre en Madrid y Barcelona y se prolongará hasta finales de noviembre con la siguiente agenda:

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4 de octubre

DELAPORTE / Sidecar / Barcelona

TRAJANO! / Sala el Sol / Madrid

6 de octubre

GALLOS / Nazca Live / Madrid

26 de octubre

ANITA KURUBA / Café Berlín / Madrid

31 de octubre

UN PINGÜINO EN MI ASCENSOR / Copérnico / Madrid

9 de noviembre

CHLÖE'S CLUE / Café Berlín / Madrid

13 de noviembre

POSTMODERN JUKEBOX / La Riviera / Madrid

14 de noviembre

POSTMODERN JUKEBOX / Razzmatazz 1 / Barcelona

15 de noviembre

ORISHAS / Razzmatazz 1 / Barcelona

21 de noviembre

MORCHEEBA / Razzmatazz 1 / Barcelona

22 de noviembre

AMATRIA / BUT / Madrid

27 de noviembre

MORCHEEBA / La Riviera / Madrid

1 de diciembre

LA BANDA DE LATE MOTIV / Galileo Galilei / Madrid

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